La protectora de Palencia recupera el control sanitario
La empresa Ruralvet, que sustituye a Scooby, recuerda que su contratao es provisional y de urgencia, con fecha límite en el 31 de julio
Ni vacunas al día, ni 'chips' identificativos, ni registros de propiedad actualizados. Suciedad, falta de equipamiento básico, y enfermedades graves sin tratamiento. Este el estado ... en el que los nuevos gestores de la protectora de animales de Palencia, la clínica veterinaria Ruralvet, han encontrado las instalaciones ubicadas en la subida del páramo de Autilla y lo más preocupante a muchos de los animales que se encontraban en ellas. «El día que llegamos, nos encontramos a uno de los perros atado al sol, sin agua ni comida. Con las prisas por marcharse y llevarse todo lo que podía, se olvidaron del animal y lo encontramos totalmente deshidratado. Si sigue un rato más, podría haber muerto. Y esto fue solo el principio, porque cuando pudimos ver cómo estaba todo, fue un impacto brutal», explica Adrián Bermejo, propietario de la clínica Ruralvet, contratada por el Ayuntamiento de Palencia para asumir la gestión de la protectora únicamente durante el mes de julio, hasta que pueda completarse la tramitación de la búsqueda de un nuevo concesionario del servicio que asuma estas funciones de forma definitiva.
Durante la última década la gestión ha estado en manos de la empresa Scooby, una entidad que dirige otros centros caninos en diferentes localidades de Castilla y León. Los primeros años, el entendimiento con el Ayuntamiento de Palencia fue ejemplar, aunque siempre hubo peticiones por parte de la empresa para que se elevase el presupuesto. Pero con el paso del tiempo, la relación se deterioró, con continuas quejas por parte de la empresa debido a las cantidades económicas que recibía, el enfrentamiento de Scooby con los voluntarios y las deficiencias detectadas en las instalaciones por una inadecuada falta de mantenimiento. A esto se sumaron también informes de las veterinarias municipales y de organismos como el Seprona, alertando de malas prácticas en el tratamiento a los animales o la presencia de comida o medicamentos caducados. Con acusaciones cruzadas entre Scooby y el Ayuntamiento, la empresa decidió abandonar la concesión, al haberse cumplido el contrato y las prórrogas obligatorias, y entregó las llaves de las instalaciones el pasado 30 de junio, lo que forzó al Consistorio a buscar de urgencia un gestor provisional, que encontró en la clínica Ruralvet.
«Fue el Ayuntamiento el que nos buscó, me llamaron un día de finales de junio y me rogaron que les hiciera el favor. Estaban desesperados porque se iba Scooby y la protectora iba a quedar sin atención. En el Ayuntamiento saben que tenemos experiencia con los animales, porque además de las clínicas tenemos también un hotel canino. Y como habían visto que colaboramos con algunas de las asociaciones protectoras de la ciudad, pues nos pidieron el favor, pero esto es provisional, solo hasta el 31 de julio», afirma Adrián Bermejo, quien explica, sin embargo, que el trabajo en la protectora es ingente, no solo por las necesidades diarias de atención a los animales (47 perros en estos momentos y más de medio centenar de gatos), sino también por el trabajo que se precisa para devolver las instalaciones a unas condiciones óptimas de funcionamiento.
El veterinario señala que lo más impactante ha sido la falta de higiene generalizada en todas las instalaciones, aunque también resulta preocupante el desbarajuste en los registros de los animales. «No tiene sentido lo que nos hemos encontrado. Todos los animales que están en la protectora deberían estar registrados como propiedad del Ayuntamiento, pues aquí solo una pequeña parte tiene ese registro. Hay muchos perros en los que figura que el titular es Scooby y algunos están todavía con los nombres de los propietarios anteriores. Al final, estamos manteniendo animales que son de titularidad de una empresa privada y tendremos que ver cómo ponemos todo esto al día, porque nos hemos encontrado también que hay perros que no tienen las cartillas de vacunación al día ni están bien desaparsitados, y todo esto son infracciones muy graves», explica Adrián Bermejo.
El nuevo responsable de la protectora señala también que se están aplicado tratamientos veterinarios, algunos de muy alto coste, a animales que se encontraban enfermos y que no recibían la atención sanitaria adecuada. «Tenemos un clínica y no podemos dejarles así, pero son tratamientos caros, además tenemos que reponer mucho material y arreglar las instalaciones. Por ejemplo, no había ni un solo candado ni cierre en las puertas, solo hemos encontrado una manguera para todo el recinto, hay que traer comida, medicamentos y contratar personal. Todo esto es caro, y el Ayuntamiento debe ser consciente», explica el veterinario.
Para atender las instalaciones, Ruralvet cuenta con dos trabajadores, uno de ellos de los que ya trabajaba anteriormente para Scooby, además de disponer del propio personal de la empresa veterinaria. «Hay mucho trabajo, pero lo más importante es hacerlo bien, y por lo que hemos visto hasta ahora no se estaba haciendo. Si tienes un personal sin forma, sin saber bien cómo atender a los perros, pues la situación se deteriora. Nosotros tenemos experiencia porque contamos con el hotel canino, y sabemos cuáles son los protolocos de trabajo, las formas adecuadas de atender a los animales y que todas las instalaciones sena higiénicas, que es algo fundamental y esto es lo que estamos ya aplicando en la protectora», explica Adrián Bermejo, quien señala que se está enseñando al antiguo trabajador de Scooby cuáles son esas normas básicas y esos protocolos de actuación que hasta ahora no se aplicaban. «No basta con disparar la manguera y tirar todo a la alcantarilla. No se pueden utilizar ni cartones ni maderas, porque son focos de infección. Las mantas hay que cambiarlas, lavarlas, desinfectarlas, pero por lo que hemos visto todas estas cosas no se estaban haciendo bien y todo estaba tomado por la mugre», recalca el veterinario.
Adrián Bermejo insiste en que su trabajo en la protectora es provisional, «hasta el 31 de julio» y recuerda que fue el Ayuntamiento quien vino a buscarle. «No sé si en este mes vamos a poder dejar todo en condiciones, porque el trabajo que hace falta aquí es inmenso. Solamente limpiar todo e higienizar... Por eso, pedimos al Ayuntamiento que agilice la tramitación de la búsqueda del nuevo convenio», indica el veterinario.
Desde la Concejalía de Medio Ambiente todavía no se atreven a asegurar cuándo estará cerrada la nueva concesión de la protectora, aunque son conscientes de que el contrato firmado con Ruralvet era solo para un mes. El objetivo es firmar un convenio de cesión de la gestión de las instalaciones con una asociación protectora de animales, que deberá contar con la colaboración de alguna clínica veterinaria de Palencia. Se quiere evitar una concesión administrativa similar a la que se ha venido utilizando hasta ahora para adjudicar la gestión de las instalaciones.
Las colonias felinas
El propietario de Ruralvet explica que ya han recibido algunos animales abandonados que se han localizado en las calles de Palencia y señala que aunque las instalaciones están casi al límite de su capacidad oficial, fijada en medio centenar de perros, todavía pueden seguir recibiéndose más animales. «Para los perros no creo que tengamos problemas. El problema está con los gatos, que ya hemos superado el límite. No nos caben más. Nos han traído en los primeros días dos gatas con sus camadas y todos los que ya había», explica Adrián Bermejo, quien reconoce que el control de las colonias felinas de Palencia es complejo.
El veterinario señala que hay muchos gatos sin control y que ahora que se ha corrido la voz de que ya no está Scooby se están recibiendo muchas llamadas por gatos que se supone que están abandonados. «Pero ya no podemos recibir más», indica Bermejo, quien señala también que existe el problema de hay muchos gatos en la ciudad que «no son de nadie, pero todo el mundo alimenta».
Los voluntarios tendrán que esperar
El propietario de Ruralvet es consciente de que la anterior empresa, la firma Scooby, tuvo grandes problemas con los voluntarios que se acercaban de forma ordinaria a la protectora para colaborar en la atención de los animales y sacarles a pasear. Adrián Bermejo señala que le gustaría contar con su colaboración de nuevo, pero explica que las particularidades de su contrato lo impiden. «Somos una empresa, un tipo de entidad que no puede trabajar con voluntarios. Para ello, sería el Ayuntamiento quien tuviera que darles algún tipo de reconocimiento o amparo jurídico, pero nosotros no podemos, aunque sabemos lo valiosos que son. Entendemos que cuando llegue la nueva concesión mediante un convenio con una asociación no habrá problemas y podrán regresar. Por el momento, lo que sí podemos tener es casas de acogida. Ya colaboramos con algunas familias que están prestando este servicio, que es muy importante para un perro, porque para estos animales lo fundamental es socializar», indicó el veterinario.
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