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Una familia pasea por Palencia. M. Brágimo

Palencia

La natalidad cae un 6,3% este año y pisa el acelerador de pérdida de población

En el primer semestre nacieron 373 niños, una cifra que sitúa a la provincia en los últimos puestos de la comunidad

Domingo, 14 de septiembre 2025, 09:19

La natalidad sigue encogiendo en la provincia de Palencia y lo hace a un ritmo más acusado que en el resto de Castilla y León. ... Según los datos provisionales del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el primer semestre de 2025 nacieron 373 niños, una cifra que sitúa a la provincia en los últimos puestos de la comunidad, solo por detrás de Zamora (358) y Soria (245). La comparativa interanual es aún más preocupante porque la caída alcanza el 6,32% respecto al mismo periodo de 2024, el descenso más severo de toda la autonomía.

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Si se prolonga esta tendencia, Palencia cerrará el año con 746 nacimientos, lejos de los 855 registrados en 2022, último ejercicio con datos consolidados publicados por el INE. El geógrafo y experto en demografía Enrique Delgado interpreta estos datos como una confirmación de un patrón que se repite desde hace años. «Estamos ante una línea descendente muy acusada y con muy pocos factores que inviten al optimismo. Los nacimientos son cada vez menos y las muertes más, lo que convierte a la provincia en un territorio en regresión demográfica».

El análisis de Delgado subraya un aspecto que no puede pasar desapercibido, el papel clave que tiene la población inmigrante en la natalidad. Con una población total de 157.969 habitantes en la provincia, de los que 7.429 son extranjeros (el 4,7% del total) en 2022 nacieron en la provincia 858 niños, de los cuales 112 fueron hijos de madres extranjeras. Ese dato resulta fundamental en la comparativa. «Las tres provincias que más retroceden en natalidad —Zamora, Palencia y León— son también las que cuentan con menos población extranjera», explica Delgado, que subraya el vínculo directo entre natalidad y migración.

Las diferencias son considerables. Mientras que la tasa de natalidad entre españoles en Castilla y León se sitúa en 5 por cada mil habitantes, en Palencia la cifra baja ligeramente hasta el 4,9 por mil. En cambio, la población extranjera presenta tasas muy superiores con 15 nacimientos por cada mil habitantes en Palencia y casi 17 en el conjunto de la comunidad. «Es decir, nacen 15 niños por cada mil extranjeros, mientras que solo nacen 5 por cada mil españoles. Y esa brecha explica por qué provincias con mayor peso de inmigrantes, como Segovia o Ávila, resisten mejor la caída de la natalidad», apunta Delgado.

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Los ejemplos son ilustrativos: en Segovia, el 27% de los nacimientos corresponde a familias extranjeras, en Ávila suponen el 22% y en Soria el 23%. En Palencia, en cambio, apenas alcanzan el 13%. «La población extranjera está sosteniendo la natalidad en Castilla y León. Allí donde su presencia es mayor, las cifras aguantan algo mejor. Donde hay pocos inmigrantes, como en Palencia, el desplome es inevitable».

La otra cara de la moneda es la mortalidad, que en Palencia no deja de crecer. Entre enero y junio murieron 1.114 personas, lo que proyecta un total de 2.228 defunciones a final de 2025. La pérdida demográfica es evidente ya que en solo en seis meses, la provincia ha visto desaparecer 741 habitantes, al cruzar las cifras de nacimientos y muertes.

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Delgado añade un matiz que puede agravar la situación, las olas de calor de este verano. «Este año vamos a ver cómo los episodios de temperaturas extremas en julio y agosto han incidido en la sobremortalidad. Todavía no hay datos oficiales, pero sabemos que estos periodos provocan un incremento de muertes entre personas mayores».

Si se observa la proporción de fallecimientos según el origen, el contraste es aún más llamativo. De los más de 31.000 fallecidos al año en Castilla y León, solo 350 son extranjeros, un 1,1% del total. En Palencia el porcentaje es todavía más bajo, apenas un 1%. «La población extranjera es joven, está en edad activa, goza de buena salud y apenas utiliza los servicios sanitarios. Esa es la razón de que su mortalidad sea prácticamente insignificante», explica.

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La conclusión es clara, asegura: «Con nuestros propios efectivos no podemos cubrir las necesidades de trabajo que genera nuestra economía. Sin el aporte migrante, determinadas actividades serían inviables», sostiene Delgado, que señala que en la provincia de Palencia esta realidad se aprecia con solo mirar al sector servicios de la capital o a las labores agrarias y ganaderas de la Vega de Saldaña.

Enrique Delgado, doctor en Geografía. El Norte

«Hay que tener deseo de acoger a la población migrante»

El experto en Demografía, exdirector de la Escuela de Educación y exvicerrector ve en la inmigración una oportunidad. «En lugar de pensar en la población migrante como una amenaza, hay que pensar en una población que viene a contribuir, a progresar y a criar aquí a sus hijos. Eso le viene extraordinariamente bien al conjunto del país y en algunos casos es totalmente imprescindible», sostiene. El reto, añade, está en cómo se les recibe. «Hay que tener capacidad y deseo de acoger, y hacerlo en las mejores condiciones».

Lejos de interpretarlo como un riesgo, el experto ve en la inmigración una oportunidad. «En lugar de pensar en la población migrante como una amenaza, hay que pensar en una población que viene a contribuir, a progresar y a criar aquí a sus hijos. Eso le viene extraordinariamente bien al conjunto del país y en algunos casos es totalmente imprescindible», sostiene.

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El reto, añade, está en cómo se les recibe. «Hay que tener capacidad y deseo de acoger, y hacerlo en las mejores condiciones. Si la vivienda es inadecuada o las oportunidades escasas, las personas migrantes se marchan tras unos años. Si en cambio se genera empatía y condiciones de vida dignas, como está ocurriendo en el País Vasco, se convierten en un motor de futuro».

Mientras tanto, las cifras son tozudas. Palencia sigue perdiendo población a marchas forzadas. Y como resume Delgado, «en provincias como la nuestra, con menos de 170.000 habitantes, pérdidas de este calibre son enormes».

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