Las compras para la buena mesa de San Antolín relanzan el mercado de Abastos
Los comerciantes reconocen que el verano es una época de ventas muy bajas porque la ciudad se vacía y se llenan los pueblos
Las vísperas de las Fiestas de San Antolín han devuelto la actividad al Mercado de Abastos de Palencia tras un verano de altibajos. El ... movimiento de las últimas semanas ha dado oxígeno a los vendedores, que notan cómo regresan los palentinos de las vacaciones y los pueblos, a la vez que se suman clientes llegados de fuera.
«Las últimas dos semanas hemos tenido muchísima gente y muchísimas ventas. Empezamos muy bien este San Antolín. Se nota que la gente regresa de vacaciones, de los pueblos y demás. Nosotros hemos trabajado una barbaridad y hemos visto muchísimo movimiento», resume Ángel García de Alcañiz, al frente de la carnicería que lleva su apellido.
El repunte llega acompañado de un comportamiento de precios dispar. «Los precios en general se han mantenido en nuestro caso. El lechazo siempre sube, como pasa siempre a mediados de agosto. El resto mantenemos un poco, aunque la previsión es que irán subiendo», explica García de Alcañiz, que también aprecia distintos hábitos en función de la edad. «En cuanto a ventas tenemos un poco de todo. Los jóvenes son más sobre la marcha y gente más mayor que compra para cocinar para toda la familia y sí es más previsora de cara a San Antolín».
Noticia relacionada
La Plaza de Abastos incorpora las puertas que mejorarán la climatización
No todos los meses de este 2025 han sido igual de buenos. «El verano ha sido muy malo como suele suceder todos los años porque los palentinos se marchan. En agosto normalmente es cuando mejora bastante porque viene la gente de los pueblos y regresan los palentinos, entonces se trabaja muy bien», apunta Gonzalo Higuera, de Pescados Gonzalo. A su juicio, este agosto ha sido incluso más intenso que en los días previos a San Antolín. «Estas dos últimas semanas hemos tenido bastante movimiento, sobre todo la semana anterior, más incluso que en vísperas de San Antolín. La gente cada vez come más en la calle y las comidas tradicionales suceden cada vez menos. Los hábitos han cambiado desde que comenzaron las casetas».
El mercado también se nutre de clientes que llegan de otras comunidades. «Contamos ahora con mucho cliente de fuera, la gran mayoría del País Vasco y gente que viene de los pueblos porque cada vez en sus municipios hay menos establecimientos. En nuestro caso, hay muy pocas pescaderías y por eso acuden al mercado», señala Higuera.
Las casetas de la feria de día cambiaron los hábitos de los palentinos, que han reducido la celebración de las grandes comidas
En el sector del embutido, la tendencia es similar. Buena actividad y cierta tensión en los precios. «Está muy animado y se ve que la gente está regresando de los pueblos y la semana que viene empiezan colegios y demás, se nota ese repunte de gente. En cuanto al embutido, la gente de los pueblos se lleva mucho queso, cecina o jamón para el tema de picoteo. No cambia demasiado esa tendencia», indica Israel Tapia, que preside la Plaza de Abastos.
En cuanto a la evolución de los precios, el presidente de la plaza lo tiene claro, «los precios han ido subiendo a lo largo del año bastante. Sobre todo, en el tema del ibérico porque hay poco y la restauración tira mucho. Hay poco producto y el precio sube. En cuanto al resto, el precio se ha mantenido». También detecta diferencias entre clientes. «No se nota demasiado que la gente sea previsora, al menos de público de la capital. Los de los pueblos sí te piden algo más para envasado o para tener en casa, al no disponer de los negocios que se tienen en la ciudad. Cada vez tienen menos negocios y el producto se concentra en la capital, por lo que cuando vienen hacen la compra grande». El balance, en cualquier caso, es positivo. «En agosto se está trabajando muy bien y todos los compañeros lo están notando. Es cierto que junio y julio han sido un poco flojos, pero en agosto de momento está siendo una locura».
Opiniones variadas
No todos los puestos comparten la misma sensación. Para Marta Obeso, al frente de una panadería del mercado, el verano sigue siendo complicado. «En mi caso personal está siendo un agosto un poco flojo. Verano siempre suele faltar movimiento, por lo general vendemos mejor en invierno. Entre vacaciones, piscinas y pueblos, la gente no acude tanto. Empiezas a ver que viene más gente, pero el nivel de ventas no asciende tanto». Además, el tiempo influye más de lo que parece. «Cuando hace peor tiempo sí tenemos más repunte en San Antolín, pero haciendo bueno prácticamente nada. La gente hace vida en la calle, sobre todo desde que comenzó el tema de las casetas».
Con la llegada de las primeras actividades de estas fiestas de San Antolín, el Mercado de Abastos encara unos días clave en los que la tradición y el consumo se dan la mano. Los vendedores confían en que la actividad siga al alza y que, entre casetas y compras para la mesa, San Antolín vuelva a ser sinónimo de buen negocio en el corazón de la ciudad.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión