Votar en contra de alguien
«Así es nuestra democracia, odio al rival, lucha a muerte en las murallas de Troya»
No sabemos si la guerra de Troya tuvo espectadores, pero es muy posible que sí, que los habitantes de las ciudades vecinas asistieran a la ... lucha desde alguna colina cercana. Y seguro que unos odiaban a Héctor y otros a Aquiles y que, en aquel épico combate, los unos querían la muerte del troyano y otros la del griego. Ser partidario de alguien es desear la muerte de su rival mucho más que su triunfo. Acuérdense de los Verdes y los Azules en los tiempos de Justiniano, que se mataban en los estadios. Del Madrid y el Barcelona (pobre Real Valladolid), de Vox y Podemos, del PP y el PSOE... En las elecciones se vota en contra de alguien, en lancear a ese lobo que, dicen, está a nuestras puertas. Unos alertan del fascismo; otros del comunismo, la anarquía, el separatismo... Un sindiós, de uno u otro signo.
Y aquí estamos todos, decidiendo la muerte de Héctor o de Aquiles. La mejor estrategia electoral, el mejor eslogan, es algo que podamos odiar. Bildu, el terrorismo, el Síessí, el sanchismo, la caverna... En las pasadas elecciones, al PP se lo pusieron en bandeja. Parecía que los etarras iban a llegar a nuestro ayuntamiento, que Montero y Belarra nos iban a robar hijas y haciendas. Todo eso lo encarna el Sanchismo, la palabra que más vamos a oír en los próximos meses. El PSOE lo tiene más difícil, pero tratará de explotar el cada vez menos eficaz miedo al fascismo.
Así es nuestra democracia, odio al rival, lucha a muerte en las murallas de Troya. Verdes, Azules, Caínes todos que no sabemos discutir ideas, colaborar, elegir lo bueno de uno y de otro. El 23 de julio, elecciones.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión