Ocho segundos
«La concentración está directamente relacionada con nuestra salud mental. Ojalá nos demos cuenta de lo vital que es recuperarla»
Esa es, según los expertos, la capacidad de concentración que tenemos actualmente. Ocho míseros segundos. Pasado ese tiempo, necesitamos hacer algo más. De hecho, los ... programadores tienen comprobado que hay un 123% de probabilidades de que los usuarios abandonemos una página web, si tarda más de diez segundos en cargarse. Hemos perdido la capacidad de espera y tampoco disfrutamos de las cosas de una en una.
¿Cuántas series ha «visto» últimamente con el teléfono en la mano haciendo un repaso a sus redes sociales? ¿Y conversaciones presenciales con alguien mientras con su dispositivo móvil lo hacía también de forma virtual con otro interlocutor? Hemos olvidado la recomendación de Horacio de disfrutar del ahora –carpe diem– para convertirnos en seres multitarea que creen hacer muchas al mismo tiempo, aunque realmente no estemos haciendo ninguna en condiciones.
Demasiados estímulos que llevan a nuestra mente al límite, provocándonos agotamiento mental y estrés, está comprobado. En realidad, nuestro cerebro no está preparado para concentrarse en varios asuntos a la vez –ni siquiera el de las mujeres–. Y no es algo nuevo. Ya en los años setenta el economista y premio Nobel Herbert A. Simon alertaba de que «la abundancia de información da lugar a la pobreza de la atención».
La contemporaneidad nos devora mientras pasa ante nuestros ojos con un simple deslizamiento de dedos. Tememos ausentarnos de lo que ocurre fuera, despreciando lo que pasa levantando la mirada. Nos cuesta concentrarnos a partir de los ocho segundos y usted lleva leyendo algunos más. Gracias. La concentración está directamente relacionada con nuestra salud mental. Ojalá nos demos cuenta de lo vital que es recuperarla, aquí y ahora.
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