Trump y EE UU, desbocados

Tan solo retazos de lo anterior serán emulados ahora con el expresidente Donald Trump. Tras 150 años de aquel hecho, la democracia más antigua del mundo afronta un desafío sin precedentes, que ha causado una honda conmoción en el país. El procedimiento incluye de oficio el engrilletado del detenido; lo que ha trascendido mientras escribo estas palabras es que ese protocolo será eludido.

El debate entre los analistas y juristas estadounidenses cabalga en paralelo a la posibilidad de que, una vez abierto el melón, cualquier fiscal local podría encausar incluso a Joe Biden por el caso de los documentos secretos. La corriente ultra sostiene además que la fiscalía de Manhattan que procesa a Trump es incompetente para entender sobre semejante enjuiciamiento. Y asimismo son mayoría quienes afirman que el magnate infligió un daño mayor a la nación promoviendo el asalto al Capitolio. En realidad, lo que subyace es la defensa implícita de la supervivencia del Sistema y aplacar la crispación social; aunque, si se produjera el archivo, provocaría un efecto adverso, vigorizando la reedición del candidato Trump.

Concluía Kristof su reflexión enlazándola con el incidente de Grant y el policía: «Deberíamos hacer lo que podamos para defender el magnífico principio de la igualdad ante la ley». Desiderátum puro.