Palentinos contra palestinos

Sin viajar lejos, en Briviesca el Ayuntamiento ultraconservador censuró el estreno de una obra de teatro que recreaba la historia real de un maestro republicano que llevó a los niños a conocer el mar, y que fue asesinado por falangistas en 1936.

A lo largo del país se han producido hechos similares, a manos de eso que ahora se ha rebautizado como la 'fachosfera', y que tanta gracia me hace. La semana pasada, al consejero de propaganda pseudocultural de la Junta no le pareció bien que en Palencia organizaran un concierto a favor del pueblo palestino y contra las prácticas genocidas de Netanyahu. Santonja aseguró que él no lo vetó, sino que mostró «discrepancias» (sic). Iba a emitirse una actuación de la Orquesta Filarmónica de Berlín, con la participación de alumnos del conservatorio local en el centro. El consejero de toros, zarzuela y alcanfor adujo que un evento que clamaba por la paz era «un acto político». Supongo que tan legítimo o más que las ideas rancias que defiende este consumado maestro del vaivén.

Santonja padece el síndrome del furor del converso. Ha experimentado tantos bandazos ideológicos entre ambos extremos que no existirá otro espectro que le brinde acomodo; a día de hoy y en España. Pero sus senectudes voxinianas no impedirán que hoy el Ayuntamiento palentino acoja una propuesta tan noble y, de paso, brindarle al pueblo el arte que atesora la orquesta germana. Como no hay zarzuelas que hablen de los árabes, Santonja podría escribir una. 'Palentinos contra palestinos', por ejemplo.