Alcaldesa de Palencia valiente

Ya sabíamos que Emiliano García-Page, el presidente de Castilla La-Mancha, rompería una lanza por la honestidad y se arriesgaría a que le quebraran la crisma. Por supuesto, podíamos intuir que le responderían acólitos sectarios, defensores de su «puto amo» y del status quo en el poder (quien fue Alcalde de Valladolid, hoy ministro, el Sr. Óscar Puente). Menos previsible era la declaración de la alcaldesa de Palencia, quien ha estado a la altura de las mujeres de su tierra, conocidas por la bravura y la claridad al expresarse.

Desde el siglo XIV las palentinas disfrutan del privilegio de no tener que agacharse ante nadie, reconocimiento de Juan I por su valentía en la defensa de la ciudad frente a las tropas del duque de Lancaster. Una bella pintura en la Diputación provincial que preside con mano firme Ángeles Armisén evoca la concesión de este 'derecho de tocas', merced que viste a mis paisanas de rojo y dorado, nobles colores para poner en aviso sobre su fuerza de resistencia contra los abusones.

Estoy convencido de que muchas partidarias de las políticas de izquierdas comparten este carácter de la Alcaldesa y otras descendientes de vacceas, sienten sororidad hacia compañeras como Adriana Lastra y detestan la falta de reacción suficiente, anticipada, creíble frente a comportamientos machistas recalcitrantes. Justo lo contrario demostró la propuesta de otro amigo del jefe, señalado por sus malas prácticas, al parecer no ignoradas ni sorpresivas en el entorno de Ferraz.

Si hay futuro en la socialdemocracia patria, tan necesaria por muchas razones, es en la alianza de veteranos referentes y jóvenes indignados por lo sucedido. La unión de estos dos grupos en red organizada para movilizar el descontento de afiliadas y afiliados demostraría a la sociedad que hay vida en el PSOE, otro mensaje distinto al de cerrar filas ante hechos execrables. Primarias trucadas aparte, la Democracia interna de los partidos políticos consiste en no penalizar a quien piensa distinto, trasladar a la sociedad un mensaje de respeto hacia el pluralismo, la verdadera capacidad de autocrítica y el ejercicio de escucha de voces como la de Miriam Andrés, la regidora palentina, que ha pedido cambio de candidato y convocatoria de elecciones, nada menos.

Ella es más consciente que el alcalde de Soria de que está en juego el poder local, la imagen de los cargos municipales y provinciales, la oportunidad de ser alternativa en las comunidades autónomas (Castilla y León, la primera), donde su contrapeso de oposición debería demostrar más aptitudes, la verosimilitud de un proyecto generador de avances claves de la sociedad española, logros de los que sí pueden presumir con la cabeza bien alta. Quienes atacan a este partido tildándolo de criminal deberían tener presente todo lo que ha aportado a España, en momentos clave. Figuras sobresalientes podríamos mencionar y aplaudir. Varias personalidades víctimas del vil terrorismo de ETA durante años, entregados a la causa pública sin egoísmo personal, intachables trayectorias memorables hoy.

Socialdemocracia en Europa no quiere decir comunismo, ni dictadura, ni crimen. Todavía hay decenas de miles de socialistas que lo demuestran, en tantos lugares donde gobiernan y sirven a sus conciudadanos. Necesitamos opciones para elegir entre diversas políticas públicas, no sólo versiones de algo semejante o extremismos construidos desde la negación de la alteridad.

Ahora bien, podríamos llegar a un escenario fatal si el PSOE no ofrece una versión aceptable de sí mismo. Hacen bien quienes pronostican que el socialismo se puede diluir si nadie escucha voces claras como la de la alcaldesa de Palencia. Necesitamos su disidencia crítica, preferible al conformismo paniaguado, la actitud más irresponsable que nos llevaría al fin de la Democracia.