Lo que no resuelven las elecciones
Después de las palabras ·
La miseria es la piel vieja de la Civilización, el pellejo arrugado de la Cultura, el esqueleto deshabitado del alma humanaEl empleo es la dignidad del trabajador, pero el hombre es indigno con el hombre. Históricamente, los hechos nos enseñan a desconfiar de la generosidad ... y del cumplimiento de la justicia social. Sabíamos que un siglo es demasiado tiempo para mantener una revolución, hoy hemos aprendido que también lo es un día.
El panorama más desolador, con serlo, no es el de la miseria, sino presentir que nadie pondrá los medios para erradicarla de la sociedad. El hambre no supone aún tocar fondo, el auténtico fondo es alimentar el hambre con más hambre, como si el futuro no existiera. ¿Qué puede ganarse amontonando propiedades indefinidamente, sin control y sin límite? Quizás dejar un legado infinito a los poderosos fuera el único destino lógico, pero la acumulación y transmisión generacional de la riqueza termina por corromper a personas, familias, gobiernos, sociedades y, en suma, es el caldo de cultivo de la injusticia social y propicia el desequilibrio y la desigualdad en las naciones.
Todo lo que se pide tiene un precio; todo lo que se ofrece, también. Aunque las finanzas humanas mueven a engaño, la vida tal vez fue gratuita en un pasado remoto, pero está históricamente refrendado que el mundo (entendido social, económica, política y afectivamente) nunca lo ha sido.
La miseria es la cara oculta de la riqueza y su hija bastarda. Tal como está estructurado el mundo, la riqueza no sería posible sin pobreza, el equilibrio económico del sistema financiero se logra a costa del desequilibrio social. ¡Pedid y no se os dará! El rico sabe que el pobre pide para seguir vivo, esa es su poderosa arma. Pedid y se os darán las migajas del poder. El pobre justifica con su miseria al poderoso: sin pobres no hay ricos.
La miseria emana de las ansias humanas de poder; la miseria es la piel vieja de la Civilización, el pellejo arrugado de la Cultura, el esqueleto deshabitado del alma humana. La miseria es muy seria.
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