Quiero un 'ume'
La Canaleja ·
Estamos acostumbrados a que nos lo solucionen, que el estado de bienestar lo es también de la perezaFilomena, mujer borrasca de rompe y rasga, nos ha ilustrado. Su clase va desde lecciones ya conocidas, como que en Madrid hay gente 'pa tó' – ... que soltó El Gallo, El Guerra o Lagartijo, que toreros y frases populares se funden con arte y confusión–, a asuntos insondables, como que por qué narices todo madrileño tiene ropa y complementos de nieve cuando lo más blanco que han visto en la ciudad en el último medio siglo es la camiseta merengona del Real.
Bien que estén a la última en moda de temporal, pero hay algo más que deberían aprender quienes aguanten otros cincuenta inviernos para ver la siguiente nevada: que las palas y las cadenas en los vehículos también son útiles e incluso puede que molen. Y que no deben esperar a que venga papá Estado, mamá comunidad o primo ayuntamiento a limpiar la puerta de su casa y si no, me ofendo y protesto porque tengo derecho a uno o dos 'ume', con su uniforme y todo.
Estamos acostumbrados a que nos lo solucionen, que el estado de bienestar lo es también de la pereza. Como niños malcriados apelamos al argumento del dineral que abonamos en impuestos para exigir que todo, absolutamente todo, nos lo den hecho; y más si vienen mal dadas, con olas de calor, frío o de catástrofes. España y yo somos así, señora.
Pero a la fuerza ahorcan y pasados los días de la inesperada –adjetiva con descaro la propaganda oficial– y abrupta llegada de Filomena nos ha tocado coger pico y pala y quitarnos solitos y desamparados la nieve de la puerta. Y doblar el lomo y hacer sufrir nuestras delicadas manos, nosotros reyes de la tecnología. Qué horror, nuestro estilismo de estación de esquí vilipendiado. Todo sin uno o una cuadrilla 'ume', como quería y a la que tengo derecho, Filomena, por favor.
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