Noelia, Noelia...
Intruso en El Norte ·
«Y ahí anda, sin dormir, velando porque haya médicos rurales que no chuleen a los pacientes a los que les duele lo mismo la helada negra que la mancha en el pulmón»
Noelia I. malvive en Madrid, maestra de profesión, en el paro y en primera fila, sí; en primera fila para la Pedagogía capitalina y para ... otras. Noelia habla pausado, pero habla del páramo, del pueblo en pandemia donde es concejala. Y se le encienden los ojos verdes con una lagrimilla que se le asoma sincera.
Y todo, sí, donde hay un mirador que señala al Teleno, «que no se lo ve nieve en verano», según los vecinos más a mano. Y luego están las flores, las salvajes y la del pueblo que poda Noelia. Y Noelia piensa, como profesora que es de lo que fuimos y que seremos, cómo fue Roma en en nuestra tierra antes de que por una calzada pasara el Ave que aquí no para y que les traquetea el sueño. Todo este desvelo suyo, en la España de Sánchez, Noelia lo hace sin cobrar apenas. Porque eso es la España vacía, amigo Bolaños, que eres 'la lucecita de La Moncloa' y así y no te 'coscas' del asunto.
Pensó Noelia que luchando contra la España despoblada podría darle a sus padres un país mejor. Y ahí anda, sin dormir, velando porque haya médicos rurales que no chuleen a los pacientes a los que les duele lo mismo la helada negra que la mancha en el pulmón. Pero Sánchez no sabe esto; tampoco 'el del yate' y compañía. Son, los ya citados, los que ignoran los viajes de Noelia de Madrid al pueblo, ida y vuelta, para ver a sus padres y sentirse útil al pueblo. Y yo sé que en esta tierra hay muchas Noelias: Santas Marías en el Páramo...
Noelia nos enseña que sí, que sí se puede en la Meseta. La cosa es sacar raza. Noelia tiene una canción de Nino Bravo que no queremos que quede en silencio.
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