Navidad en Tenerías
Intruso en El Norte ·
«El heroísmo de las pequeñas cosas pasa por las calles mientras otros, los que iban a cambiar el mundo, se lo siguen llevando calentito»
El nombre, Plaza de Tenerías, evoca al de fuera fortunas inimaginables, vidas paradisíacas y casi una mala conjugación, desiderativa, del verbo tener. Allí fue donde ... aconteció uno de esos pequeños milagros que reconfortan con el mundo marrullero que cantaba el tango. Más ahora que todo es 'parné' digital o del otro.
Que Andrés Rodríguez se encontrara una saca con casi 14.000 euros, que fuera a la Policía a devolverla, que la empleada que custodiaba el montante volviera a nacer son cosas que, así contadas, tienen como un campaneo navideño en pleno mayo. Pero la vida a veces sorprende para bien. Uno ha experimentado sensaciones similares, con menos dinero, y siempre se ha llevado un collejón del camarero, que es en los bares donde el arribafirmante suele olvidar la billetera o esa mochila que es ya como un forúnculo.
Pero la cuestión es lo de Andrés; ese ponerse en el lugar de un similar y darle lo más parecido a un Euromillón después del berrinche. Consígnese aquí, también, el agradecimiento de la agraciada, que las gracias es cortesía del buen ciudadano como la claridad lo es del filósofo. El heroísmo de las pequeñas cosas pasa por las calles mientras otros, los que iban a cambiar el mundo, se lo siguen llevando calentito. 14.000 euros es un año de un 'currela', pero también un irse a alguna ínsula extraña a solazarse por un golpe de fortuna y de desfortuna.
Cuando servidor devolvió 50 euros, el estudiante lo abrazó y tras bromas y verás consiguió sacarle una cerveza. Quedémonos con que la calle trae estas historias hasta en los momentos más oscuros. Los que vienen del Este.
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