No todo vale en política
«Tal vez el único valor estable en el que confiar, es que no exista ningún valor definitivo»
El comportamiento humano es un montaje, más artificio que naturaleza. El humano es una máquina de fabricar sentimientos 'ad hoc', de consumar el gran espectáculo ... de sus intereses espúreos. La razón y los hechos son acomodaticios, incluso el instinto de supervivencia calcula con precisión sus límites. El juego se trata de ganar políticamente como sea, nunca de responder con sentido ético. El humano conoce muy bien sus armas y desconoce en igual medida su conciencia.
Calamidades que levantan acta notarial en el comportamiento de la naturaleza frente a la obcecación humana. Desastres que nos obligan a replantearnos nuestras acciones en la naturaleza, muy especialmente en nuestra naturaleza. Y cuestionar nuestra posición es cuestionarnos, porque somos seres limitados en un espacio y tiempo políticos.
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Establecer una nueva moral de lo viejo es recurso de la política. El comportamiento político es recurrente, cíclico en su devenir, retrospectivo y sobre todo desmemoriado y falso.
La afirmación política de que 'todo vale' nada vale, no porque no sea posible, la dificultad estriba en actuar como si lo fuera. Si todo vale en política se justifica cualquier comportamiento injusto y destructivo. Si todo vale en política, ¿para qué vale la ética? Humanamente considerado lo que vale es que no todo valga, incluso lo ético tiene lagunas en el avatar político.
Tal vez el único valor estable en el que confiar, es que no exista ningún valor definitivo.
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