Malditos efectos indeseados

Y volverán las oscuras golondrinas de los efectos indeseados, como en la ley de 'solo sí es sí', que abrieron camino. Ya se vislumbran en otras leyes, la de vivienda y la de bienestar animal, tan ingenuas como poco pensadas. Porque ahora ¿qué hacemos con los malvados caseros que no quieren sacar al mercado sus pisos? Son unos pedazos de efectos indeseados que merecerían que les okupáramos sus casas. Y qué decirles de las mascotas, ¿qué hacemos con ellas? El lindo gatito o el amoroso perrito necesitan un seguro de responsabilidad civil, otro endemoniado efecto indeseado que nos obliga a abandonarlos a su suerte.

En un tiempo breve vendrá otra remesa de malvados efectos indeseados, esta vez de la ley de amnistía. Así habrá tipos que en ese periodo inolvidable del 'próces' hayan cometido el error de asaltar un banco, estafar a unos 'primos' o cualquier otra ligereza similar, perfectamente perdonable porque estaban en el subidón de la lucha por la independencia. Y vendrá el hartazgo y enojo social de los incautos de los castellanos, andaluces, extremeños y otras gentes de segunda división, que más que llamarlo efecto indeseado es posible que lo denominen daño colateral, que siempre es el triste destino de los pobres.