Trump inhabilitado

Será la segunda ocasión en que el presidente ya saliente sea censurado por el Congreso, esta vez por la resuelta decisión del Partido Demócrata de no dejarle políticamente impune ante las responsabilidades contraídas que desembocaron en el ataque al corazón de la democracia estadounidense el 6 de enero. Ni el distanciamiento verbal posterior respecto a aquellos actos, ni la declaración de emergencia que firmó ayer para facilitar la intervención de fuerzas federales en el normal desarrollo de la toma de posesión de Joe Biden el próximo 20 de enero sirven como argumentos de indulgencia.

Pero por inexorable que resulte el juicio parlamentario a las incitaciones de Trump contra el propio sistema de libertades, por aleccionador que sea calificar severamente su actuación inmediatamente anterior y posterior a los comicios presidenciales, lo importante en estos momentos es que el presidente electo tome posesión de su cargo en el clima más esperanzador posible. En una ceremonia que permita recuperar la dignidad de las instituciones y el máximo de unidad entre los representantes públicos. En un 20 de enero de 2021 que pase página respecto a una etapa que ha resultado tenebrosa para la convivencia entre los estadounidenses y para la credibilidad de la democracia como cuadro de valores de alcance universal.

Joe Biden y su Gobierno afrontan la tarea de reunificar el país echando abajo visiones delirantes sobre su presente y su futuro que se han apoderado del parecer de miles y miles de ciudadanos. Después del 20 de enero la Cámara de Representantes tendrá la opción de elevar al Senado el 'impeachment' a Trump, para que sea inhabilitado a perpetuidad. Una decisión política y hasta partidaria que deberá tener en cuenta si bastaría con que el Partido Republicano se desprenda de su lastre para pasar página.

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