Contagios sinfónicos y otros prodigios
Ni comisiones de expertos, ni portales de transparencia sirvenpara que nuestros políticos aprendan a contar o distinguir un bulo
Como la muerte, los virus nos igualan a todos y la vacuna nos diferencia. El que está haciendo historia acampa lo mismo en casas reales ... que en casas blancas, en vestuarios de obra que en salas de concierto. Precisamente a cuenta de estas últimas ha tenido que comparecer el consejero de Cultura, Javier Ortega, el martes, el mismo día en que se presentaba la tercera temporada del programa 'Prodigios', grabado en el auditorio Miguel Delibes y con el que TVE espera elevar su exigua audiencia.
Ortega cumplía la misión parlamentaria de esclarecer lo ocurrido durante la grabación, que fueron abandonando miembros del jurado y músicos de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León ante el positivo de la prueba unos y la sospecha de contagio otros. La Fundación Siglo, institución que puntualmente ofrece el número de espectadores que tiene cada concierto de la OSCyL –hay un contador, al menos–, admitió inicialmente dos contagios según los test del día 13 de enero, una violinista y un miembro del coro. Posteriormente, a raíz de lo que considera el consejero 'bulos' –este diario publicó que había un músico ingresado, dos contagiados y otros dos en cuarentena preventiva por contacto estrecho, además de dos positivos en el jurado y la responsable retirada del director también por contacto–, la Fundación admitió que había dos profesores contagiados, uno de ellos en el hospital. Y esta semana el consejero retomó la primera versión. Nadie duda de que tomaran todas las medidas, pero tampoco hay que ser Berlusconi para imaginar el deseo de una productora de televisión privada: optimizar la inversión y terminar el trabajo en el plazo previsto, en el caso que nos ocupa, un día antes.
Por su parte, el jurado habló el martes del «inmenso talento» de los niños concursantes, minimizó el carácter competitivo de la cita y alabó otra forma de hacer televisión frente a productos carentes de «valores» en 'prime time'. Casi se deslizan por la pendiente que lleva al apercibimiento, ya que la misma productora firma los concursos moralmente reprobables y los artísticamente estimulantes. En cualquier caso, nuestra Orquesta milita en estos segundos. Siempre es tranquilizador. Que sus órganos de representación hayan renunciado a manifestarse públicamente sobre el asunto no es muy edificante. Es fácil para el vicepresidente Igea justificar la participación de la OSCyL, dependiente de presupuestos públicos, en una aventura privada, «llegamos a un millón y medio de espectadores». Como campaña publicitaria no está mal, pero ¿qué hace un colectivo tan cualificado embarcado en una labor propia de una orquesta juvenil?
En otro orden sinfónico, la OSCyL tenía un área social y una orquesta infantil, In Crescendo, que era la envidia nacional. Ciudadanos la está dejando morir, no llegan a «un millón y medio» de votantes con ella. Eso sí es una reunión de prodigios que construyeron un puente de la Primaria a la Secundaria y a la Universidad, gracias a la música, en una de las zonas más deprimidas de la ciudad.
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