Una buena sombra
Con tilde ·
Con tropos o sin ellos, el estío sigue siendo el gran acontecimiento del calendarioNuestros veranos son como nuestra juventud, llega y se va como el sueño de una siesta de la que sólo queda una lenta y nostálgica ... resaca. Época para que los literatos y los redichos de sobremesa se esparzan en metáforas. Hay quienes acuden al sonido de las chicharras, al olor de las gardenias y quienes tiran de diccionario para embellecer su excitación al ver recortada la longitud de las faldas. También los hay elegantes, como Vicent, que explicó, muy lúcido, que «si uno toma la vida como una representación puede imaginar que esa luz del sol que recibe en la vejez es la misma que doró su infancia».
Con tropos o sin ellos, el estío sigue siendo el gran acontecimiento del calendario. De estos meses surgen los grandes 'singles' que lideran ventas y los amores más intensos y fugaces. Además, el verano es cosa democrática; hay tantos veranos posibles como colores de alpargatas.
Que se lo digan a Maruja y Manolo, refugiados bajo los pinos en su Renault 9. Las doce y media y el sol apretaba fuerte. Desde lejos solo pude distinguir lo que parecía el coche de un cargo intermedio de grupo criminal organizado de poca monta. Ya de cerca, vi los asientos reclinados, el cinturón de él y el delantal de ella. Los dos morenos de contrabando. Por lo menos 80 años. Allí se quedaron los dos señores, practicando aquello que aprendieron en una época en la que uno debía informarse leyendo libros con título científico que ahora sólo se encuentran entre los todo a un euro de las ferias. Me alejé de allí fascinada.
Resulta que el verano no entiende de edades ni figuras literarias y es todavía más sencillo que unas vacaciones en la playa. Basta con una buena sombra.
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