Mal aquello, peor esto
A Pedro Sánchez todo le resbala, está risueñamente dispuesto a cualquier tipo de concesiones con tal de mantenerse en Moncloa
Con la deuda pública por encima del ciento veintidós por ciento del PIB, lo que nos convierte en uno de los países más endeudados del ... mundo, el Gobierno insiste en que ésta siga adelante, descartando la única opción razonable de reducirla por todos los medios para entregarse a un revival de subvenciones zapateriles.
En la última de tales ocurrencias, Sánchez ha copiado de Francia e Italia un bono cultural joven que allí ha fracasado, mayoritariamente dedicado por los franceses a la compra de cómics made in Japón y vendido por los italianos muy por debajo de su valor, para gastarse los euros así agenciados en entretenimientos más lúdicos (y ya nos entendemos). Además, se trata de un regalito con dientes, porque a la vuelta de no tanto tiempo la losa de esa deuda creciente caerá sobre las costillas de esos jóvenes ahora tan alegre e interesadamente bonificados.
Y por si fuera poco es un bono sectario, ya que discrimina a la tauromaquia, al parecer por imposición de la facción podemita del gobierno, lo que por enésima vez confirma que a Pedro Sánchez todo le resbala y que está risueñamente dispuesto a cualquier tipo de concesiones con tal de mantenerse en Moncloa, constatación estremecedora en vísperas de cerrar la negociación de los presupuestos con esas minorías nacionalistas que solo le venderán sus votos a costa de entrar en ellos a saco.
Las condiciones de este bono no son de recibo, pero eso no quiere decir que este bien lo de aquí, donde el apoyo a las industrias culturales brilla por ausencia. Mal aquello, peor esto.
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