Los feriantes leoneses dicen basta: «Nuestro sector se ve muy bonito, pero somos trabajadores natos y si no podemos trabajar, que nos ayuden»
El colectivo, que engloba a más de mil familias en la provincia, se manifiesta en coche y furgoneta por León para reclamar que las administraciones cuenten con un plan para el sector: «Yo entiendo lo de la pandemia, pero si nos prohiben trabajar, nos tendrán que ayudar», afirma el presidente de los feriantes españoles, el leonés Ángel Gutiérrez
Son uno de esos sectores a los que la desescalada ha dejado en un limbo imposible de compatibilizar con la vuelta a la normalidad, aunque sea a la nueva. Son feriantes, son de León y en este verano, si las administraciones no lo impiden, se verán abocados a la nada.
Varios centenares de vehículos se han unido este domingo a la manifestación convocada por el colectivo en León, que precede a la cita nacional del próximo 24 de junio. «Yo entiendo lo de la pandemia, pero si nos prohiben trabajar, nos tendrán que ayudar», manifestaba el presidente de los feriantes españoles, el leonés Ángel Gutiérrez.
Así, según iban acercándose las once de la mañana, familias y familias del sector fueron sumándose a la causa con coches, camiones y furgonetas bien pertrechados con vagonetas de feria y banderas.
«Pagamos nuestros autónomos y somos empresarios. El mundo de la feria se ve muy bonito, con color y alegría, pero somos trabajadores natos», defendía Gutiérrez poco antes de iniciarse la marcha por las calles de la capital.
La realidad es cicatera con los feriantes. Según manifiestan, fuera de Castilla y León, donde han visto cómo se colgaba el cartel de 'prohibido', en otras comunidades se permite la instalación de pequeños 'parquecitos', pero no es suficiente. «Es pan para algunos y hambre para muchos», explica el portavoz.
Gastos sin ingresos
«Me pregunto es cómo es posible que después de tener seguros, revisiones y todo en marcha certificado por ingenieros, habiendo gastado 6.000 euros para salir, hice una feria en Zamora y me tocó volver para casa», relata Ángel Gutiérrez, que lamenta que «en los autobuses monta la gente y no se pasa el trapo hasta la noche, aquí monta un niño y tienes que limpiar. ¿Nosotros que hacemos? Vivimos de esto».
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Por estos motivos reclaman que, si no pueden trabajar, al menos reciban ayudas. «Llevamos seis meses de invierno cerrados sin ingresar un céntimo. Se hizo la desescalada para todos, puede haber fútbol y toros, pero feria no».
Con más de mil feriantes en la provincia, el colectivo profesional alza la voz para no quedarse en casa este verano, en unos meses en los que, si nada cambia, será difícil oir la música típica de las atracciones.
