La vecina de Isabel Carrasco identifica sin duda a Montserrat como una de las dos mujeres que merodeaba por su vivienda

La investigación judicial sobre el crimen de Isabel Carrasco avanza. Este jueves ha prestado declaración ante la juez, la vecina de la presidenta del PP leonés que fue asesinada de tres disparos el pasado 12 de mayo, que ya había alertado de que, presuntamente, Montserrat González, autora confesa de la muerte, y su hija, Triana Martínez, habían realizado un seguimiento previo a la líder popular.

La vecina de Carrasco, que ha acudido a declarar a los Juzgados de León en calidad de testigo, es una mujer de nacionalidad portuguesa, que ha estado acompañada por un familiar. Ha hecho entrada en la sala sobre las 9:45 horas, aunque no ha comenzado a testificar hasta alrededor de las 10:30, tras la llegada de los procuradores.

Durante no mucho tiempo, según fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL), ha testificado ante la juez, que ha acudido a los Juzgados de León ex profeso para tomar declaración a esta mujer, que se encuentra inmersa en el proceso en calidad de testigo y contra quien no se ha tomado ninguna medida, según las mismas fuentes.

En su alegato, se ha ratificado en lo declarado ya ante la Policía Nacional y ha explicado, según fuentes cercanas a la investigación, que había visto a dos personas meses antes del asesinato de Isabel Carrasco, merodeando cerca del portal donde tenía la residencia la presidenta fallecida, ubicada en el Paseo de La Condesa, a escasos metros de la pasarela en la que fue abatida.

Con gorras y bajo los árboles

Según su declaración, realizó una llamada a la Policía Nacional y, después a la Policía Local para alertar de que dos mujeres, separadas a varios metros, solían encontrarse cerca de la casa en actitud de vigilancia. La testigo pudo reconocer de forma inequívoca a Montserrat González, pero no tanto a su hija, Triana Martínez.

La testigo ha afirmado que las dos mujeres se solían ubicar, tapadas con gorras, en la acerca arbolada frente a los edificios del Paseo de la Condesa, lo que dificultaba que pudieran ser vistas desde las ventanas y terrazas.

Se suma con esta declaración, una piedra más a la construcción del crimen que acabó el pasado 12 de Mayo, con la que fue Presidenta de la Diputación de León.