Venezuela denuncia el cierre de su espacio aéreo como un «acto hostil» de Estados Unidos
El Gobierno de Maduro apunta a que la Casa Blanca intenta extender su «jurisdicción» sobre el país caribeño de manera «ilegítima» mientras traza un plan para hacer regresar a los compatriotas varados en otros países por falta de vuelos
El Gobierno de Venezuela ha denunciado la «nueva agresión extravagante, ilegal e injustificada» de Estados Unidos, cuyo presidente declaró este sábado que daba por cerrado ... el espacio aéreo del país caribeño dentro de su estrategia para acabar con el narcotráfico. El gabinete de Nicolás Maduro asegura que este anuncio representa un «acto hostil» y una «amenaza colonialista» más para diezmar la soberanía venezolana y considera que la Casa Blanca se atribuye una «ilegítima jurisdicción» al instar a las aerolíneas que no pasen por su territorio.
Unas pocas compañías locales mantienen los vuelos internos, pero la mayoría de las grandes operadoras internacionales han suspendido de momento sus conexiones con Caracas. El Ejecutivo ha anunciado este domingo a través de su número dos, Delcy Rodríguez, de que trata de implementar un «plan especial» para conseguir el regreso de los cientos o miles de venezolanos que se han quedado varados en otros países tras las cancelaciones aéreas. Lo mismo trata de hacer con las salidas de numerosos ciudadanos que permanecen en Caracas sin poder salir del territorio nacional por la falta de enlaces internacionales.
El régimen chavista ha logrado en las últimas horas la adhesión de los gobiernos de Cuba y Nicaragua. El primero de ellos dijo que la advertencia de Trump es «el preludio de un ataque ilegítimo», según ha manifestado el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez. Por su parte, Colombia ha denunciado la «injerencia» creciente de Washington en la región latinoamericana.
La posibilidad de una intervención militar de Estados Unidos en suelo de Venezuela ha subido este sábado un nuevo peldaño cuando Donald Trump ha declarado «cerrado el espacio aéreo» del país caribeño. La escalada no cesa y el conflicto parece a punto de estallar. La presión sobre el régimen chavista de Nicolás Maduro es máxima. Tras los ataques contra supuestas narcolanchas que desde septiembre han causado 83 muertos, el presidente norteamericano dijo el pasado jueves que la ofensiva terrestre contra los cárteles de la droga iba a comenzar «muy pronto». Ahora, aunque no tiene autorización para adoptar esta medida en otro país, Trump echa un candado al tránsito aéreo sobre Venezuela. Queda en el aire si se trata de estrechar el cerco sobre Maduro, a quien el magnate acusa de dirigir el Cártel de los Soles, o si es la antesala de un ataque a cargo del amplio despliegue militar de EEUU en la región.
Aunque se encuentra en Florida disfrutando de jornadas de de fiesta con motivo del Día de Acción de Gracias, Trump no descansa. Le basta con su red social, Truth, para desatar un terremoto mediático: «A todas las aerolíneas, pilotos, narcotraficantes y traficantes de personas: les rogamos que consideren que el espacio aéreo sobre Venezuela y sus alrededores permanecerá cerrado en su totalidad», tecleó. Este anuncio supone una seria advertencia para todas la aerolíneas que operan allí. El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, alertó de una «persistente interferencia electromagnética» en esta zona, debido, a su juicio, a la presencia de tropas estadounidenses en el Caribe.
El tráfico aéreo en Venezuela lleva de hecho una semana suspendido, después de que la Fuerza Aérea de Estados Unidos emitiera una alerta el lunes para avisar de un aumento de operaciones militares en la región. Compañías como Iberia, Air Europa, Latam, Avianca, TAP, Plus Ultra y Turkish Airlines decidieron cancelar sus operaciones. El Ejecutivo de Maduro revocó de inmediato los derechos de esas empresas para operar con destino a su país.
Rota la vía diplomática
A la espera de nuevos acontecimientos, este anuncio de cierre del espacio aéreo rompe por ahora la hipótesis de un posible acercamiento entre Trump y Maduro. El diario 'The New York Times' desveló el viernes que ambos mandatarios habían mantenido una conversación telefónica a finales de la semana pasada. Hablaron de una posible cita bilateral en Estados Unidos. Pero la vía diplomática parece cerrada de momento. Maduro, según varios funcionarios desvelaron al diario británico 'The Telegraph', teme por su vida, bien por un ataque estadounidense o por una revuelta en la cúpula militar venezolana. La posibilidad del exilio también está sobre su mesa. Incluso se cita Turquía como posible destino, ya que Ankara no está bajo el control de la Corte Penal Internacional y el dirigente chavista eludiría la deportación.
Cuba denuncia «interferencias electromágneticas» en la zona
Ya en octubre Maduro ofreció a Estados Unidos una participación significativa en los yacimientos petroleros de Venezuela, además de otras muchas oportunidades para las empresas norteamericanas. Era un intento por disminuir la tensión. Washington no aceptó y trasladó a Caracas una propuesta difícil de asumir: el presidente chavista debía abandonar obligatoriamente el poder que había asumido en 2013 tras la muerte de Hugo Chávez. En las últimas elecciones, celebradas en 2024, el actual presidente se autoproclamó vencedor pese a las denuncias de fraude lanzadas por una oposición encabezada por María Corina Machado, último premio Nobel de la Paz.
El nudo se aprieta en torno al cuello de Maduro. El anuncio del cierre del espacio aéreo parece sólo una ficha más en el efecto dominó que se ha acelerado esta semana. El jueves, el presidente de EEUU ya avisó de que «muy pronto» iban a comenzar las operaciones militares para «detener por tierra» a los «numerosos» narcotraficantes venezolanos. «Probablemente os hayáis dado cuenta de que la gente no quiere hacer entregas por mar, y vamos a empezar a detenerlos también por tierra. Por tierra es más fácil, y eso va a empezar muy pronto», avisó el inquilino de la Casa Blanca en una conversación a distancia con militares de servicio durante del Día de Acción de Gracias. Les aseguró que el tráfico de narcóticos que «envenenan a miles de estadounidenses cada día» se había reducido en un 85%.
Nada más conocer estas declaraciones, Maduro declaró el estado de «alerta» para la Fuerza Aérea del país y trató de animar a los suyos al decir que «no hay amenaza ni agresión que atemorice» a Venezuela ante las acciones de las «fuerzas extranjeras imperialistas» que «tratan continuamente de alterar la paz» en la región caribeña «bajo falsos y extravagantes argumentos».
Despliegue militar de EE UU
La Administración de Donald Trump, que ha autorizado a la CIA a operar en Venezuela, justifica los ataques contra narcolanchas en aguas del Caribe y el Pacífico oriental por el presunto papel en el tráfico de drogas del Cártel de los Soles, «dirigido» por Maduro. En total, ha sido 21 acciones. Enmarcadas en la operación 'Lanza del Sur', suman al menos 83 muertos. En paralelo, el Pentágono ha reforzado su presencia militar en la zona, sobre todo con la llegada del portaaviones 'USS Gerald Ford', el más poderoso de la Armada estadounidense. La mayor flota jamás desplegada en el Caribe con cerca de 15.000 soldados está a la espera de órdenes. El último paso ha sido la instalación de un radar de gran alcance en Trinidad y Tobago. Todo parece listo para el inicio de la ofensiva. O eso al menos quiere dejar patente Trump al cerrar el cielo venezolano.
Washington considera que este despliegue «mejorará y reforzará las capacidades existentes para desarticular el narcotráfico y debilitar y desmantelar las organizaciones criminales transnacionales». Ademas, «proporciona» una «mayor capacidad para proyectar la imagen de poder».
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