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Ángel Blanco Escalona
Viernes, 22 de mayo 2015, 09:02
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El paro baja. Algunos meses, a ritmos nunca vistos. El empleo crece. Su calidad es discutible, pero la Seguridad Social va ganando afiliados. Hay, sin embargo, un colectivo, que se está quedando descolgado de la recuperación económica que ha hecho acto de presencia en los últimos meses. Se trata de los parados de muy larga duración, las personas que llevan dos o más años sin trabajar y que, cada día que pasa, parecen más abocados a una situación de desempleo crónico. Condenados a la ayuda asistencial permanente. Son, además, mayoritariamente gente de más de 50 años, lo que dificulta aún más su inserción en el mercado laboral. En gran parte son personas de baja cualificación y muchos de ellos proceden de la construcción, un sector que, si se recupera, difícilmente va a volver a llamarles a ellos.
Curiosamente, antes de la crisis la cifra total de desempleados de Castilla y León era prácticamente idéntica a la que existe actualmente de parados de larga duración:algo menos de cien mil. Por aquel entonces (comienzos del año 2008), quienes llevaban más de dos años en la lista del Servicio Público de Empleo eran 12.400 personas según la EPA, es decir, el 12,7% del total.
Ahora, los parados de muy larga duración representan el 41,8%. En Castilla y León hay, según la última EPA, 233.700 desempleados y nada menos que cuarenta de cada cien de ellos han perdido toda sintonía con el mercado laboral y están en serio peligro de no recuperarla. Peor aún:alrededor de la mitad lleva sin trabajar más de cuatro años.
Sin prestaciones
Una de las consecuencias de estar tanto tiempo en el paro viene, además, a terminar de empeorar las cosas. La práctica totalidad de los parados de muy larga duración no perciben ninguna prestación o subsidio de desempleo. Para conocer la cifra de personas sin cobertura es necesario abandonar la EPA y pasar a los datos de paro del Ministerio de Empleo y Seguridad, que no coinciden con los del INE.
Según el SEPE, los parados de Castilla y León registrados en las oficinas ascendían en marzo a 220.000, es decir, unos 14.000 menos que los contabilizados por el sistema que la Unión Europea considera más fiable. Esto es debido por un lado a que la EPAes una encuesta y, por otro, a que no todos los desempleados se inscriben en la lista, ya que cuando dejan de recibir prestaciones muchos de ellos lo encuentran inútil.
Según los últimos datos del SEPE, los parados bajaron en abril a 208.462 en la comunidad autónoma. De ellos, reciben prestación contributiva porque han trabajado y cotizado a la Seguridad Social al menos un año dentro de los seis anteriores a la situación legal de desempleo 43.696. Otros 45.478 perciben el subsidio, porque han cotizado al menos tres meses si tienen responsabilidades familiares, o seis si no las tienen. Si un desempleado no tiene derecho a ningunos de los dos apartados anteriores y cumple otra serie de requisitos, como tener más de 45 años, haber estado apuntado al paro ininterrumpidamente, demostrar que busca empleo activamente, que carece de otros ingresos, etc, puede solicitar la Renta Activa de Inserción, que en Castilla y León cobran, según los últimos datos, 10.835 personas y asciende a 426 euros. Cuando se agotan las vías anteriores se puede acceder al programa de activación de empleo, de la misma cuantía, que reciben en la comunidad 1.009 personas.
En total, el número de beneficiarios de prestaciones por desempleo se situó en Castilla y León al cierre de abril en 101.018 personas, es decir, el 48,4% del total. Dicho de otro modo, 52 de cada 100 parados de la región no perciben ingresos. En España esta proporción, la tasa de cobertura, es cinco veces mejor, del 53,5%, es decir, que no cobran nada 47 de cada 100.
Trabajo o ayuda
En un cierto reconocimiento del drama que supone el paro de larga duración y, a la vez, admitiendo la dificultad de reinserción laboral de estas personas, hasta abril de 2016 podrán acceder al programa extraordinario de activación para el empleo diseñado por el Gobierno y los agentes sociales. Se trata de una nueva ayuda económica de 426 euros mensuales durante un máximo de seis meses, para la que es preciso tener cargas familiares y cumplir determinados requisitos. Todavía sin datos registrales, los sindicatos de la comunidad calculan que la cobrarán unos 20.000 parados de Castilla y León.
Un reciente informe de Asempleo, la patronal de la empresas de trabajo temporal (ETT)y Afi Asesores, señalaba que los parados de larga duración tienen tres veces menos probabilidades de trabajar que el resto de parados. El estudio constataba que los parados de larga duración no son «partícipes de la incipiente mejora del entorno económico». Que son los que llevan menos de doce meses en paro los que transitan más entre un contrato, el desempleo y otro contrato. Que entrar en esa rueda es más difícil cuanto más tiempo pasa y que aunque la situación general ha mejorado y los que llevan menos tiempo en paro así lo perciben, esa prosperidad no llega a los de larga duración.
La semana pasada, una submuestra de la EPA revelaba que 1,4 millones de desempleados españoles, uno de cada cuatro, llevan tres años o más sin trabajar. El Gobierno y la UE, que alguna muestra de interés han dado por insertar en el mercado de trabajo a los jóvenes, parecen haberse olvidado del colectivo de los parados de larga duración mayores de 45 años. Se articulan ayudas asistenciales, pero no planes formativos, o de futuro laboral.
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