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Sergio Busquets, durante el partido ante Irán. AFP
Busquets se crece cuando Iniesta no brilla

Busquets se crece cuando Iniesta no brilla

El catalán se multiplica en la creación viendo el momento del manchego, pero si ve una amarilla se perderá el duelo de octavos

Rodrigo Errasti Mendiguren

Enviado especial a Krasnodar

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Jueves, 21 de junio 2018, 18:04

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Sergio Busquets es fácil de reconocer entre sus compañeros. Por la altura, 189 centímetros, y su escaso peso. «Ya estoy recuperado. Exactamente no sé cuántos kilos he perdido, pero cuando tienes una gastroenteritis seguro que pierdes alguno que otro. No estoy para dar y regalar, pero ahora ya estoy perfecto, intentando recuperarlo», dice sonriendo. Ese problema gástrico le hizo llegar al Mundial físicamente algo mermado y por eso la estancia de Rodri se prolongó hasta el día 4, ya que si Carvajal no se recuperaba se tenía pensado reclutar al nuevo centrocampista del Atlético. Pero no hay otro como Busquets. Es el ancla de España.

Su salud ha sido decisiva en los éxitos de España. Indiscutible para Vicente del Bosque durante los siete años de su mandato igual que para Julen Lopetegui, que siempre que estuvo sano lo puso de titular. Ya fuera el duelo en Turín o un amistoso. «Cuando hay un Mundial el cansancio y los minutos que has jugado durante la temporada quedan un poco al margen. Al final me encuentro como todo el equipo. Si el bloque está metido uno también lo está. Cuando empieza a rodar el balón la ilusión y las ganas lo cambian todo. Está claro que es un Mundial y hay que sufrir si lo quieres».

Sabe que es vital y que no hay un clon para sustituirlo. Hay otras opciones. Saúl, Koke y Thiago han hecho su función en la era Lopetegui, pero ninguna es igual que Sergio Busquets. Ante Irán estuvo solo en la creación. Fue uno de los pocos que hizo más de diez kilómetros (10.192 metros, siendo algo menos de la mitad con la bola en posesión de La Roja), ya que Lucas Vázquez entró en el once por Koke e Iniesta tenía la obligación de encontrar la grieta en el muro. «En líneas generales hay que estar satisfechos con los dos partidos. Hay que tener la madurez para saber lo que requiere en cada momento el partido que tienes. Las victorias saben mucho mejor. Han sido dos partidos muy diferentes, con un juego muy distinto, entre otras cosas porque el rival propone otra cosa. Teníamos que salvar el partido de Irán como fuera», explica.

Acierto en el pase y rozó el gol

Ante los persas sabía que tendría pocos socios en el círculo central. Silva, con el que combinó más balones (23), sí bajó a echarle una mano las pocas veces que Irán se estiró hasta el afortunado tanto de Diego Costa. Después sí encontró un cómplice en Koke y la mayor parte de los 19 'sprints' que se pegó en Kazán fueron en los últimos minutos. «Si nos hacen transiciones o tenemos pérdidas pues sufrimos un poco, pero estoy en la línea general de todo el equipo. Estamos viendo que cualquier equipo te puede complicarte la vida».

El catalán volvió a tener un alto acierto de pase (92%) y fue capaz de hacer sólo dos faltas, una en cada parte, sin ver amarilla, pese a lo volátil que fue la recta final del partido. «Con un rival tan encerrado y cuando hay tantas interrupciones es complicado coger un nivel de ritmo. Cuesta sujetar los partidos porque ellos te aprietan un poco más arriba y a la mínima que falles un pase ellos lo pueden aprovechar. Fue un final loco. Cuando nos equivocábamos o ellos enganchaban una contra tenían gente arriba. Llegaron a tener ocasiones», reconoció.

Así, pese a ello salió limpio de amonestaciones y podrá ser de la partida ante Marruecos en Kaliningrado el lunes. «Será mucho más difícil, porque es mejor equipo que sus dos rivales a los que se ha enfrentado aunque esté eliminado. La prioridad es clasificarse, pero si puedes ser primero y hacer más goles, muchísimo mejor», recuerda.

Veremos si Hierro le pone de inicio, porque existe la amenaza de que, con otra cartulina, se quedara sin octavos. «Todo indica que si quedamos primeros se pueden ir algunas de las favoritas al otro lado», vaticina. Parece complicado que renuncie de inicio a contar con Busi, que no sólo se hizo con el control del centro del campo, sino que tuvo en sus botas la ocasión más clara del encuentro antes del gol de Costa, con un disparo desde la frontal que sacó a una mano el meta Beiranvand.

Marruecos y los posibles descansos

En la expedición hay optimismo por ver el rendimiento de Busquets, pero también cierta preocupación por el estado físico de Iniesta, implicado en defensa, ya que hizo hasta tres faltas sin recibir ninguna, ya que el manchego intervino poco en el juego. «Somos un equipo. La semana pasada era la portería, ahora otro... Aquí ganamos y perdemos todos, sabiendo que hay días mejores y peores que otro. Dificultades sabemos todos que tendremos», explicaba sobre un Iniesta víctima de las tácticas de los iraníes y que apenas se salió de la zona izquierda de ataque de España. Así lo confirmaba su mapa de calor del partido. Intentó romper el férreo entramado defensivo y lo consiguió finalmente con un gran pase a Diego Costa, que, con una pizca de suerte, se coló en el fondo de la portería iraní.

Iniesta fue reemplazado por Koke en el minuto 70. Los casi 24 minutos que jugó Koke dejaron una sensación extraña. España no ganó control de balón, pese a que el madrileño, que tocó el esférico 31 veces, se asoció con Busquets para serenar el juego y con Alba para salir por fuera de la presión final iraní. Le tocó hacer nueve ayudas en esa recta final, en la que Irán tuvo una opción clara de gol. Se postula como titular ante Marruecos, aunque Thiago también pide sitio.

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