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Llegó como adolescente, recién cumplida la mayoría de edad, y se va tres lustros después como una jugadora hecha y derecha, internacional y máxima exponente ... de un club con el que ha crecido de la mano hasta lograr cotas inimaginables. María O'Mullony (Zamora, 1997) hace las maletas al final de esta temporada después de siete en Huerta del Rey en dos etapas distintas. Con ella se va la bandera y un trocito del escudo del Caja Rural Aula, obligado con su marcha a reconstruirse.
Cambia de club, cambia de liga y cambia de país para recalar en el MKS Lublin con el que jugará competición europea y subirá un peldaño su nivel competitivo. Su marcha provoca un cataclismo en un equipo hecho a su medida que deberá reinventarse para no perder el estatus ganado a pulso en las últimas temporadas.
El adiós de O'Mullony remueve los cimientos del club, por supuesto en lo deportivo pero también en lo humano, tal y como ha reconocido Miguel Ángel Peñas en la rueda de prensa de despedida. «Siempre he puesto a las personas por encima de las jugadoras, y por eso estoy contento de que cumpla su deseo», apunta el otrora entrenador y hoy directivo de la entidad colegial. En ese proceso, Peñas reconoce que la zamorana puso todo de su mano para salir por la puerta grande. «Todos los pasos que ha dado para salir han sido los correctos, sabiendo que tenía contrato para la próxima temporada. Lo único que la pedí es que lo hiciéramos bien. Aceptó todo lo que pedí y ella aceptó lo que le pedimos. La ayudé a buscar esa opción, y ella también mucho sabiendo que la situación es muy complicada», asegura, reconociendo que las negociaciones con el club polaco se prolongaron durante un mes. «Ella misma me llegó a decir: 'Si no llegáis a un acuerdo, no me importa quedarme y esperar un año'».
Su marcha, admite Peñas, es insustituible, «imposible de suplir». «No hay una alternativa. Ojalá en el futuro podamos vivir una tercera llegada», reconoce, en referencia al paréntesis que hizo en el Bera Bera antes de regresar a Valladolid. «Ya no es cómo te vas sino cómo te has ido», ha apuntado, mirando a la cara a la jugadora en sala de prensa del pabellón Huerta de Rey.
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Por su parte, O'Mullony ha optado por leer una breve carta antes de responder a las preguntas de los medios de comunicación presentes. «Volví con mucha desconfianza en mi juego, pero desde el primer día tuve la suerte de contar con un club y unas compañeras que confiaron en mi. Con unas compañeras y un cuerpo técnico que me ayudaron y me levantaron cada vez que volvía a caer. Me ayudarán a volver a disfrutar de lo que más me gusta hacer, jugar a balonmano. He tenido la suerte de volver con Carolo [Miguel Ángel Peñas], que me ha sacado de mi peor momento deportivo. No tengo palabras suficientes de agradecimiento para Valladolid por todo lo que ha hecho por mí, como jugadora y como persona... voy a dar todo de mi hasta el último día», señala en su misiva, recordando que «no es una despedida porque nos queda mucha temporada, ya habrá tiempo».
Ya en el turno de preguntas, O'Mullony ha comparado la inseguridad que tuvo al irse a San Sebastián con la que le genera esta marcha. «Claro que he dudado mucho porque Valladolid es mi casa y cuando me fui a Bera Bera, la etapa ya fue mala en lo deportivo. Pero cuando regresé, volví a sentirme bien en mi juego. Volver a tomar la decisión me ha costado mucho porque vuelven todas esas inseguridades. Pero a veces hay que hacer las cosas con miedo», afirma, admitiendo que la parte económica no ha pesado en su decisión. «La parte económica nunca me ha importado porque si lo hubiera mirado, hace tiempo que me hubiera ido a otros clubes. Parece que soy joven, pero mi cuerpo está como está y eso me ha llevado a tomar la decisión de salir».
La decisión obliga a la jugadora del Aula a cambiar de país. «Ha sido complicado, cambias totalmente de vida, de gente, aquí me siento cómoda,... pero soy competitiva y... soy una jugadora diferente a lo que puede ser la liga polaca», comenta O'Mullony, admitiendo que no ha querido «valorar» algunas ofertas recibidas de clubes españoles.
El expreparador del Caja Rural Aula y actual directivo, Miguel Ángel Peñas, ha querido recordar que ya en su día hubo desbandada de jugadoras de Huerta del Rey y el club pudo rehacerse con el paso del tiempo. «Se fueron diez jugadoras hace tres años, y parecía que esto se iba a derrumbar... Y nos conseguimos rehacer. Esta vez se van a marchar cuatro y tres no vamos a contar nosotros con ellas. Hay cinco jugadoras cerradas que no podemos anunciar y posiblemente tengamos otra mañana y otra pasado», ha anunciado, apùntando que «hay grandes posibilidades de hacer un buen equipo la próxima temporada, mezcla de veteranas y jóvenes con calidad».
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