José Miguel Santamaría: «Cuando pasa algo, la gente lo confirma en nuestros diarios, eso nos da valor»

«Más de cien años se dice pronto -arrancó el moderador, Íñigo Noriega, director del diario cántabro-. Pero no sirve de nada tener 100 años si estás decrépito. Representamos una mezcla de juventud y veteranía. Pero sometidos al vaivén de unos tiempos que hay que estar en permanente estado de revista para seguir adelante».

Bajo esta presentación, los directores de La Voz de Galicia, Xosé Luis Vilela, y de El Correo, José Miguel Santamaría, iniciaron su diálogo preguntádose sobre la necesidad (o no) hoy de seguir defendiendo la libertad de prensa como le tocó a Delibes cuando dirigía El Norte. «Claro que hay que pelearla -inició Vilela-. En estos tiempos de confusión hay que estar muy atentos a las amenazas a la libertad, que nunca está conseguida del todo«.

A las amenazas del poder, José Miguel Santamaría recordó las todavía cercanas en la memoria con el terrorismo, con un homenaje recuerdo a «los periodistas que, hasta hace 10 años, aún iban con escolta o fueron directamente asesinados por enfrentarse al terrorismo«. O más reciente en Cataluña. Por eso, recordó, «cualquier riesgo puede poner en peligro esa libertad».

Y en este empeño, la mesa debate se preguntó por el papel de las redes sociales, su papel de enemigos o aliados de los medios más cercanos al ciudadano. Santamaría tiene claro que «nos aportan poco y no valen para medir el estado de opinión de una sociedad, además de ser una fuente de dudosa credibilidad». Para el director de la gran cabecera gallega, esas redes «solo pueden ser un aliado como canal de comunicación. No son el enemigo pero, en el laberinto de las redes sociales, hay un riesgo para la veracidad que hay que evitar«.

Ambos contertulios pusieron varios ejemplos de esos temores. Cuando más cerca está el medio de la noticia parace más fácil caer en los riesgos de la desinformación. De ahí que, una de las pruebas del valor de marca de estos diarios es el peso histórico de sus cabeceras. «Cuando pasa algo que no está claro, la gente viene a confirmarlo a nuestros diarios, y eso nos da valor», remarco el director del rotativo vasco. «¡Es que lo dice el periódico!», enfatizó Xosé Luis Vilela, es una frase habitual en su tierra, donde La Voz cubre todo el territorio con 13 ediciones locales.

Quedó claro que este es uno de los grandes valores del periodismo regional. Frente a las publicaciones generalistas y sin universos poblacionales definidos, los diarios pegados al terreno «son transversales, dirigidos a todos los públicos», dijo Santamaría. Además, remarcó su colega del noroeste, «nosotros no podemos segmentar al público por afinidades ideológicas, algo muy licito, pero que en la prensa regional no funciona«.

En este periodismo cercano hay que contar la desgracia desde cerca. «Todos los días se molesta a alguien», reconoció Vilela, que lamentó una vuelta grande al puritanismo en textos y fotos. «No se trata de dar morbo pero si de contar la realidad, somos los ojos del lugar». También José Miguel Santamaría admitió que hoy «cada foto que publicas hay que discutirla y tener claro qué quieres hacer con ella».

Por último, esa cercanía, también eleva los riesgos y peligros del error o de la información dolosa con alguien que está muy cerca. Cada vez más se reclama a estos medios la aplicación del derecho al olvido (borrar el pasado en las páginas publicadas) o del derecho a la imagen. Como norma general, José Miguel Santamaría defendió el ejercicio sano de reconocer un 'patinazo' informativo. «Hay que rectificar siempre que metes la pata. De ello va a depender parte de nuestra supervivencia».