Esto es pan comido
De todos los tamaños y sabores, la industria del pan diversifica este alimento que no falta en la mesa para atender la variada demanda de los consumidores
Si hay una alimento que no falta en las mesas cada día ese es el pan. De la prehistoria datan los primero indicios de su ... consumo, salvando las diferencias, por supuesto. Entonces era una especie de papilla de cereales triturados y mezclados con agua. Y como muchas veces ocurre en cocina, por casualidad esa mezcla se dejó olvidada en una especie de cazo y se transformó en una pasta de consistencia más dura como si fuese una torta.
Hoy en día, hacer pan es todo un arte y no tan fácil como parece. No son pocos quienes lo descubrieron durante el confinamiento al aprovechar para hornear sus panes en casa, con más o menos éxito. En cualquier caso, nada tiene que ver el sabor de un pan hecho con unas harinas y levaduras de calidad con la proliferación de los fast-panes, hechos en poco tiempo y sin apenas sabor.
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El cereal hecho arte
En el campo gastronómico la función del pan va más allá de un complemento en el menú. Función vital la que tiene a la hora de disfrutar de unos buenos huevos fritos, de los innumerables bocadillos para desayuno, merienda y cena o del popular gesto de rebañar cuando la salsa está tan deliciosa que no se quiere dejar nada en el plato. Tampoco sin el pan serían lo mismo tostas, tapas y pinchos, ni los platos típicos como las migas pastoriles de Soria, las sopas de ajo o castellana.
En Castilla y León no se entiende disfrutar de una buena comida sin un pan que acompañe y que en muchos casos, marca la diferencia de una experiencia gastronómica. Es tal la importancia de este producto en la comunidad que tiene hasta museo propio ubicado en la localidad vallisoletana de Mayorga. Un espacio dedicado a este alimento y su evolución a lo largo de la historia.
Por otro lado y bajo el sello de Marca de calidad se distingue a la harina tradicional de Zamora, el hornazo de Salamanca, el pan de Valladolid y la torta de Aranda. No es de extrañar que ante la amplia variedad de panes que existen hoy en día la expresión «para gustos, los colores» cobre todo su sentido. No solo los hay de todos los tamaños y variadas formas, alargados o redondos, sino que su sabor varía en función del tipo de harina, trigo, cebada, avena, centeno, maíz, la levadura o tiempo de cocción.
Pero los obradores ponen en marcha la imaginación y ofrecen además variedades incorporando otros ingredientes como las aceitunas, la calabaza, semillas, chocolate, pasas, espelta, entre otros. También hay oferta dirigida a los celiacos para que puedan disfrutar sin problema de este delicioso alimento. Por cierto, aunque no hay una recomendación sobre su consumo diario, la Organización Mundial de la Salud sugiere 250 gramos repartido en todas las comidas del día.
Deliciosas torrijas
Es uno de los postres típicos de Semana Santa pero siempre arrancan una sonrisa en casa cuando se preparan por sorpresa. Son pocos los ingredientes que hacen falta, unos huevos, leche, azúcar, vainilla, miel y por su puesto el pan. Tal es el número de fanáticos de este postre y su importancia en la gastronomía de Castilla y León que hasta la irrupción de la pandemia se organizaba en León el Concurso Nacional de Torrijas, que en 2019 se anunció pasaría a celebrarse en la localidad vecina de Astorga. Un evento en el que se daban cita tanto cocineros estrella Michelín como jóvenes promesas para hacerse con el título de mejor torrija de España. De momento las celebraciones multitudinarias tendrán que esperar pero siempre quedará disfrutar de este postre en casa. Solamente hay que hervir la leche con el azúcar, la vainilla y la piel de naranja. Se deja reposar media hora y tras retirar la vainilla y la piel de naranja, se remojan las rebanadas de pan, unos minutos por cada lado. Después se reboza en huevo y se fríen hasta que queden bien doradas por los dos lados. Se pueden servir con miel o espolvorear con una mezcla de azúcar y canela.
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