Granizado de vino tinto

Los granizados son bebidas cuya base principal es el hielo troceado o rallado, y presentan sabores variados. Simplemente solo con oír hablar de granizado, la palabra nos sugiere un sensación de frescor y de una buena fórmula para apagar la sed. Los más habituales y famosos son los granizados de limón y de café, pero en este caso vamos a profundizar en una alternativa más novedosa.

La propuesta consistirá en elaborar un granizado de vino tinto. Vale como postre, y es ideal para consumir en estas fechas de tanto calor, como un remate final de la comida fresco y digestivo.

Para elaborar este granizado de vino tinto necesitaremos como elementos básicos una botella de vino tinto, azúcar moreno, palitos de canela en rama y la corteza de un limón. La elaboración es muy sencilla, con pocos ingredientes y un resultado refrescante.

El primer paso será depositar el vino y el resto de ingredientes en una cazuela y ponerlo a hervir. Cuando se haya evaporado el grado alcohólico del vino, se apaga el fuego. La mezcla se cuela y se espera a que se enfríe a temperatura ambiente. Después es el momento de depositarlo en un recipiente estilo bandeja, que no sea demasiado profunda. Y a continuación se introduce en el congelador para que se solidifique, intentando removerlo cada media hora más o menos.

Una vez está en su punto, se va rascando con un tenedor y sacando poco a poco el granizado a las copas. Lo ideal es adornarlo con un palito de canela, unos frutos rojos congelados y una hojita de menta. Como truco, para saber si en el hervido se ha evaporado el alcohol, se puede coger una muestra con una cuchara y pasar el mechero. Si no prende, quedará constatado que ya no quedan restos alcohólicos.

Un postre, sin duda, original, refrescante y digestivo, que acompañará con éxito una buena comida de verano y que hará triunfar con anfitrión al sorprender con una propuesta diferente y original.