Polifacética en un negocio completo
Flor Bonet se ha convertido en una pieza fundamental en la empresa berciana Palacio de Canedo
Madrileña de nacimiento pero berciana de adopción, Flor Bonet regresó a la tierra de su madre a los 26 años, un paraíso al que ... no había dejado de volver todos los veranos desde su infancia. El Palacio de Canedo se ha convertido en su proyecto de vida. Es la mujer y la mano derecha de José Luis Prada, conocido por todos como 'Prada a Tope', hoy en día la marca de sus productos, como los pimientos asados de El Bierzo, las castañas en almíbar o sus vinos, con los que se ha convertido en un empresario de éxito. En el día a día, Flor se ocupa de todo, desde supervisar los pedidos y facturas a echar una mano en la cocina, desde controlar la producción en la planta artesanal de envasados a vigilar los comedores del restaurante, donde se dan 200 comidas diarias, y que todo esté correcto en las habitaciones del hotel. Pero también organiza los banquetes, ya que es un lugar muy elegido por las parejas de la comarca para casarse, y prepara las fiestas y eventos en los que tiran la casa por la ventana, como la presentación del Maceración Carbónica, en noviembre, o La Vie en Rose, en la noche de San Juan, el 23 de julio. Pero la guinda de las celebraciones la pone el premio Castaña de Oro en la que se brinda con el espumoso Xamprada en vísperas de la Navidad. «Prada querría que estuviera en todos los sitios a la vez, pero es imposible», afirma mientras sonríe. Ah, también va a las ferias con José Luis, conoce los mercados y a sus clientes.
«A Prada le gustaría que estuviera en todos los sitios a la vez, pero es imposible»
Bonet estudió Archivística y Documentación y después Estadística. Convencida de que todo sirve en la vida para salir adelante, lo que más le gusta es la cocina. «Mi madre, Flora, es muy buena cocinera; algo habré aprendido de ella», apunta la gerente de este negocio familiar. De hecho, cuando el Palacio de Canedo abrió sus puertas en agosto de 2001 para dar una boda, ella estaba en la cocina. Esta antigua casa señorial rodeada de viñedo, que fue rehabilitada por Prada y Bonet, «estaba a medio hacer». Cuando se compró el edificio que era propiedad del señor de Canedo, Manuel Osorio y Pimentel, estaba «medio derruido» y tuvieron que levantar la cubierta, arreglar los suelos y limpias el característico corredor de madera oscura. Poco a poco elegieron los muebles para intentar mantener el espíritu de aquellas casa para cuyo propietario tributaban los de la zona a cambio de poder trabajar la tierra.
La actual tienda de productos bercianos se ubica en la antigua bodega. Poco a poco se hieron las habitaciones y se fue ampliando. «Es un proyecto que no tiene fin, este año todavía hemos ampliado el jardín», explica Flor Bonet.
Este espacio invita a quedarse, incluso a venir a tomarse un chocolate un domingo por la tarde junto al fuego, como hacen muchos de la zona. «La gente busca tranquilidad, vienen americanos pero también croatas, de todo el mundo», apunta. Lo cierto es que muchos peregrinos se desvían del cercano Camino de Santiago para hacer una parada.
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