Juan Calvo, jugador de rugby y estudiante de Agrónomos y Enología

«Los jóvenes tienen una idea muy anticuada del campo»

Desde hace varias generaciones, su familia ha estado vinculada a la agricultura, la viticultura y la ganadería. A sus 18 años, Juan Calvo ha apostado por formarse para trabajar en el sector primario que, confiesa, le gusta y tiene mucho futuro.

–¿En qué se parecen los mundos del rugby y del vino?

–Están muy ligados. En muchos países donde se desarrolla el mundo del vino, el rugby está muy arraigado, son grandes potencias en los dos ámbitos. Casos como Nueva Zelanda o Francia. Hay sintonía, sin lugar a dudas.

–Desde hace unos meses estudiando el Logroño... ¿En qué punto está su vida deportiva?

–Estuve un año estudiando en Irlanda y jugando allí al rugby, al regresar a casa, el año pasado, jugué una temporada con la Selección de Castilla y león y este verano debuté en la Selección Española. Ahora, por motivos de estudios, estoy viviendo en Logroño, donde estudio Ingeniería Agrícola y Enología. Ahora estoy jugando con el equipo de aquí, la liga vasca, pero sigo manteniendo contacto con el club de mis raíces en Aranda.

–¿Cuál es su primer recuerdo relacionado con el mundo de la viña y el vino?

–Mi primer recuerdo me viene de cuando era muy pequeño porque mi abuelo siempre ha tenido viñas. Mi padre, más tarde, también se fue adentrando en el mundo del vino. Vengo de una familia muy ligada al campo y he estado en él desde bien pequeño. Desde entonces, me fueron introduciendo el amor por el vino, el viñedo y toda la cultura vitivinícola.

–Ingeniería Agrícola y Enología... ¿Siempre lo ha tenido claro?

–La carrera no es que la haya tenido siempre clara, pero sí he tenido siempre claro que el campo me gustaba y que, si quería estudiar algo, era relacionado con este mundo. La verdad es que la Ingeniería Agrícola había oído hablar de ella, tenía muy buenas reseñas, hay muchas posibilidades de trabajar en el sector que te gusta. Es muy amplio, aborda muchos aspectos.

–Hay pocos jóvenes que opten por apostar por el campo. ¿Qué falta para dar un giro a esta situación?

–El problema fundamental es que se tienen ideas anticuadas al respecto. Los jóvenes, sobre todo, piensan que si estudias algo relacionado con el campo, vas a acabar haciendo zanjas. Puede tener sentido, si te gusta, pero no debe ser tu oficio fundamental. Lo sé porque lo he oído de primera mano, al estar en clase y decir que quería estudiar esto. Es desconocimiento, no estamos acostumbrados a tratar con gente del campo y siempre que se piensa en las mulas, en arar el campo, y no son conscientes de que hay mucha más tecnología y conocimientos técnicos detrás de los que se creen.

–¿Cómo sería el vino perfecto?

–La clave para elaborar un buen vino está en la uva. Lo demás también es muy importante, sin duda, pero lo fundamental es mimar y cuidar la materia prima. No se puede querer hacer un vino de primerísima calidad si tienes una uva de segunda o de tercera. En mi opinión, un vino perfecto es un vino que no se coma todo el sabor de la madera, que tenga aromas en nariz y que en boca sea gustoso. Uva vieja, sin excesiva madera, aromáticos, así es para mí el vino perfecto.

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