Teatro en Valladolid
Los galardones que unen a amateurs y profesionales de la escena nacionalLos 36 Premios Amigos del Teatro celebran el trabajo de Pepa Pedroche, Sergio Peris-Mencheta, Germán Vega, Joaquín Sancho, Juan M. Pérez y Manuel Requejo
Emoción, recuerdos y agradecimientos se sucedieron en la entrega de los 36 Premios Amigos del Teatro. Profesionales y amateurs compartieron el escenario en el que ... sonó Lorca, en la voz de dos actrices, y el piano de David. Sergio Peris-Mencheta, Pepa Pedroche, Juan Manuel Pérez, Germán Vega, Manuel Requejo y Joaquín Sancho recogieron sus galardones con la ausencia de José Luis Alonso de Santos, que no pudo acudir a la cita por enfermedad.
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Cada año, el último domingo de fiestas esta asociación, presidida por Pedro Ojeda, entrega sus premios que reúnen a los que hacen teatro por amor al arte y a los que además «lo hacen por la pasta», como recordó Mencheta. Todos portadores del «gusanillo» que les lleva a meterse en la piel de otros sobre el escenario. Los 'Amigos' eligieron como mejor propuesta escénica del año '14.4', del Barco Pirata Producciones, dirigida por Sergio Peris-Mencheta. El también actor recogió el Premio Félix Hernández «con el orgullo de venir de gente que se también se sube a las tablas por afición». Sus comienzos fueron así, en una compañía universitaria. «El teatro me salva. En los últimos dos años no lo he dejado pese a la enfermedad. Dirigí esta función a 9.000 km, con el gotero y la quimio en Los Ángeles. Es una función que habla de un chico que llega a España escondido en un camión, huyendo de los malos tratos en su familia, de la miseria y la pobreza, la historia de Ahmed».
Peris-Mencheta se congratuló de que «el teatro se puede hacer en cualquier sitio, por eso seguimos vivos pese al cine o a la IA. El teatro se convertirá en un artículo de lujo porque permite ver el trabajo directo en una sala, con personas de verdad».
JoaquínSancho, Premio Clemen Madero a la mejor interpretación no profesional, se siente un «Don Juan tardío» al que el teatro procura «alimento para el alma». 19 años lleva Germán Vega, catedrático de la UVA, al frente del Olmedo Clásico junto a Benjamín Sevilla. El Premio Ángel María de Pablos reconoce «la excelencia en la consolidación de un proyecto indispensable para la difusión del teatro clásico». Vega recordó a Fernando Urdiales, cofundador y director del Teatro Corsario. La escena y la cultura como «ayuda para entender el mundo, como espejo de la conducta humana» nos confronta a las 'numancias' de hoy que asoman en los medios. Agradeció el apoyo institucional a esta cita que cumple 20 años en 2026 e invitó a todos a acercarse a Olmedo a celebrarlo.
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Tecnología en las tablas
Manuel Requejo recibió el Premio Ángel Velasco por «encarnar los mejores valores del teatro amateur desde Tiramisú Teatro». Compañía dedicada a los espectáculos infantiles, Requejo renueva cada temporada su apuesta por la «calidad y el riesgo». «El teatro es comunión, estar juntos, amistad. Ahora el incentivo es sumar a espectadores entre los 12 y los 20 años, cuesta más porque las nuevas tecnologías nos comen. Intentamos buscar soluciones y hemos implementado la tecnología dentro del teatro. Queremos que vivan momentos de verdad, lo que no da la pantalla».
Juan Manuel Pérez encarnó a Pacífico en la versión que La Quimera de Plástico hizo de 'Las guerras de nuestros antepasados', papel que le ha valido el premio al mejor actor profesional. Pérez debutó como receptor de un galardón, «el primero de mi vida», agradeciendo a su director Tomás Martín el personaje, así como a su autor, Miguel Delibes y su adaptador, Ramón García Domínguez, fallecido recientemente. Con la voz quebrada, Pérez dedicó el premio a sus padres, que «apoyaron una carrera loca de actor», a su mujer y a sus hijos, «que me han anclado a esta tierra aunque a veces no llegáramos ni a mediados de mes» y a su compañero en escena, Javier Bermejo.
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La mejor actriz profesional del año para este jurado fue Pepa Pedroche en el papel de Doña Paula, en 'La Regenta' dirigida por Helena Pimenta. «El teatro es esencial y mi personaje siempre se había mostrado en su lado déspota, castradora. La novela sugiere su lucha por la supervivencia, por la necesidad de salir de la miseria, la desgracia de ser maltratada. Helena intentó que el público vea eso, es un personaje que podemos reconocer en el mundo de hoy, en cada mujer que lucha por su familia», explicó Pedroche que volverá a Valladolid con 'Numancia'.
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