Seminci
El cine militante para que el espectador tome partido en las injusticiasCuatro profesionales del sector reflexionan en Seminci sobre las historias que hacen pensar y llaman a la acción del público
Hay un momento en 'Frontera', de Judith Colell, donde un personaje dice a otro. «No hemos hecho nada». La película se ambienta en una zona ... del límite nacional en Pirineos, en el año 1943, donde los personajes, que al principio no lo hacen, se dan cuenta de que se tienen que mojar, que hay ciertas situaciones ante las que no puedes estar mirando hacia otro lado. «Precisamente ese es el problema. Lo más fácil es hacer algo. Es una película que llama a la acción, que dice que no podemos quedarnos parados mientras se termina con toda una población. Ante un genocidio», dice la directora. Tomar acción es, precisamente, una de las claves del cine militante. Invita a ser parte, a reflexionar sobre ciertos temas, a tomar partido. Estos temas han sido los protagonistas este martes en el paraninfo de la Universidad de Valladolid, en la primera parte del Encuentro de Mujeres Cineastas, donde además de la cineasta también han participado Inés G. Aparicio, Candela Sotos y Amparo Climent.
Judith Colell, también miembro fundadora de la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) explica que el cine militante no es algo que se construya, más bien surge de intuiciones durante el rodaje, momentos espontáneos y gestos automáticos que no salen por decisiones reflexivas. «No te das cuenta y ya has colocado la cámara de una forma que implica una mirada diferente, más concreta. En la película, es la primera vez que trabajo con personajes masculinos protagonistas, pero las mujeres tienen más presencia, ellos están en un segundo plano. Y esto es algo que haces sin ser consciente. Creo que es una cuestión que sale del interior», explica.
«Lo peor que puede pasar es que nuestra película sea indiferente. Si no te gusta, pero te cabreó ya me parece bien»
Inés G. Aparicio
Directora
Otras veces, el cine militante se construye desde la libertad de acción durante el rodaje. «También es cuando lo hago yo sola, con mi cámara, mi sonido. Voy yo, pregunto, sin ese condicionamiento de producción que existe en muchas ocasiones. Pasa pocas veces que esta figura no intervenga en algún aspecto de la película», comenta la directora Amparo Climent, en referencia a su documental 'Los sueños de Idomeni', donde muestra la vida de los refugiados en 2016, cuando Europa cerró la frontera de Grecia. «Considero que tiene un concepto de estético y ético, pero también en la forma de la producción. Quién lo hace, si eres tú o a través de un crowdfunding. As í lo hice en 'Las lágrimas de África' y entonces eso sí es una mirada militante», añade.
Cine que incomoda
En cualquier caso, es un cine que busca la reflexión, y eso, de alguna forma, aseguran las ponentes, hace que incomode a ciertos sectores de la sociedad. «Una buena reflexión es la que incomoda», afirma Judith Colell. «Lo peor que puede pasar es que nuestra película sea indiferente. Si no te gusta pero te cabreó, ya me parece bien. Hay dos motores para seguir haciendo esto. Uno es el cabreo y otro es la curiosidad. Esto es lo que nos salva, lo que ayuda a no desmoralizarnos», añade Inés G. Aparicio, autora del corto 'La diva, mi abuela y yo'.
Algo más se extiende Amparo Climent. «Es un cine que puede incomodar. Hay personas que ven en esta películas una agresión, cuando no es así. El discurso que hemos estado aguantando durante años es uno muy concreto. Cuando se hace algo distinto a lo que ya conocemos se toma como una agresión. En redes vemos muchos comentarios, yo los he recibido, desacreditando mi trabajo, a las mujeres republicanas o a los inmigrantes. Es algo con lo que debemos convivir, pienso que cada uno tiene su visión. Pero la memoria la tenemos que recuperar y contarlo nosotras, porque si no, caemos en el peligro de que otros cuenten nuestra historia», añade.
La segunda edición del encuentro de mujeres cineastas continuó con dos mesas más. La segunda, con las profesionales Judith A. Riera, supervisora musical; Laura Feyto, jefa de Accesibilidad en TVE, y Beatriz Aparicio, del Observatorio de Igualdad de RTVE. La jornada concluyó con un debate sobre autoría compartida donde dialogaron la directora Mar Coll y la guionista Valentina Viso.
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