Ana Serret, directora: «El éxito no es obligatorio para hacer arte»
La documentalista da el salto a la ficción con 'Apuntes para una ficción consentida', candidata al premio Pilar Miró
Si ya en 'La fiesta de otros', su primer largo documental, Ana Serret (Madrid, 1970) abordaba la precariedad laboral desde el punto de vista de ... los músicos de verbena en el marco de la crisis económica de 2008, para su primer trabajo en el terreno de la ficción se traslada esta misma idea al campo de la actuación, con la barrera idiomática como obstáculo principal de su protagonista, Lea. La realizadora estrena 'Apuntes para una ficción consentida' en la 70 Seminci dentro de la desafiante sección Alquimias, un título que, además, optará al premio Pilar Miró a la mejor nueva dirección.
«La película narra las peripecias de una mujer suiza que vive en Madrid y carga con prejuicios, miedos y desconfianzas en torno a la profesión de ser actriz y que no trabaja en su lengua materna», explica Serret. «A pesar de los trabajos precarios a los que se ve abocada a recurrir para sobrevivir, siempre mantiene la dignidad, y gracias a varios personajes particulares consigue encontrar su lugar».
Huyendo de la tentación de hablar de la lucha por hacerse un hueco en el mundo de la actuación desde el triunfo o el fracaso, Serret va más allá: «Dado que mi experiencia previa se vertebraba únicamente en torno a lo documental, en mi paso a la ficción son los actores lo primero que me interesa: cómo viven, cómo buscan mejorar, cómo se rebelan...»
En el caso de Lea (Isabelle Stoffel), es precisamente su acento el que la encasilla en roles de extranjera: «Podría parecer locura su empeño, pero quiere normalizar continuamente su propia dicción, y aspira a encarnar a santa Teresa con su acento alemán». Pero la película, que aún puede guardar alguna sorpresa para los espectadores más desprevenidos, no se encamina a si esto se logra o se frustra: «Habla de la pasión de Lea por la profesión y por ese idioma castellano que ama más que el suyo», apunta la directora. «Habla de superar barreras y no acomodarnos en marcos que impiden que contemos historias desde otro lugar o con una perspectiva diferente, y habla, en definitiva, de que el éxito no es obligatorio para acercarse al arte».
Serret identifica un gran cambio de su paso desde el documental a la ficción: «Aquí la preparación también es grande, pero se nota mucho la falta de tiempo, que nos ha complicado manejar una historia narrada en dos ciudades -Basilea y Madrid- de dos países diferentes». El filme también alude a la precariedad de la vivienda, y a la expulsión de los jóvenes nativos del centro de la capital a los barrios del extrarradio: «Parece que los madrileños somos figurantes de los turistas, es algo que experimentan varias ciudades a nivel global», diagnostica la cineasta.
DOP con raíz en Valladolid
En 'Apuntes para una ficción consentida', el equipo técnico cuenta con la directora de fotografía Almudena Sánchez (1973), madrileña afincada en Valladolid desde hace años dieciséis años, que ha buscado plasmar en imágenes cinematográficas la dicotomía sobre la que se sustenta este trabajo cinematográfico: «Planteamos el trabajo desde un punto de vista naturalista, aunque teníamos muy claro visualmente el binomio de Lea en Basilea vs. Lea en Madrid», explica Sánchez.
«La película traslada con la fotografía la noción de que la protagonista es un bicho raro que no encaja». Sánchez ha partido de referencias y claves narrativas que se traducen en imágenes y composiciones muy concretas (como el ensayo que tiene lugar entre la protagonista y el actor Alex Brendemühl): «Ha sido un trabajo muy fresco que se ha adaptado un poco a lo que también iba surgiendo, con apertura frente a lo que pudiera surgir».
La directora de fotografía también elogia el «olfato de documentalista» de Serret: «Los temas se iban abriendo, nos sentábamos a ver qué podía pasar, y gracias a ella en la película se perfila una realidad que termina por apelar a temas como la gentrificación», señala.
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