Sonorama cumple 25 años: un presupuestos de 4,5 millones y 30.000 visitantes al día
El festival de Aranda de Duero reúne, del 10 al 14 de agosto, a 250 bandas en una decena de escenarios
Se cumplen 25 años de un sueño, y todas las sensaciones apuntan a que esas velas se soplarán rompiendo todos los registros del festival de Aranda de Duero (Burgos). Sonorama ultima los preparativos para la celebración de su cuarto siglo de vida (del 10 al 14 de agosto), con «alegría y satisfacción» por los retos conseguidos a lo largo de su historia y con los nervios lógicos de saberse ante la edición más ambiciosa de un festival que pulveriza sus récords año tras año.
Nadie podía imaginar, allá por 1998, que una pequeña ciudad de Castilla, prácticamente desierta por aquel entonces en el mes de agosto, se convertiría en el centro obligado de peregrinación de miles de festivaleros, que han hecho de la cita una de las preferidas del calendario de este tipo de eventos. Un festival al que califican como «diferente» por esa simbiosis que se vive entre los asistentes y la ciudad anfitriona, en el sentido más amplio de la palabra.
Tras un año de suspensión por la pandemia en 2020 y una versión limitada en 2021, el telón de Sonorama se abrirá de nuevo este miércoles con la fiesta de bienvenida y, desde ese momento, se encadenarán cinco días de mucho más que música, hasta bien entrada la madrugada del lunes. El festival vuelve con ganas y con el reto de vivir la mejor edición de su historia.
La primera de las cifras que da vértigo, según el director de Sonorama, Javier Ajenjo, es la del presupuesto, que este año «se nos ha disparado hasta 4,5 millones de euros, algo que nos da una idea de las dimensiones que hemos cogido». Otra, muy para tener en cuenta, es la del número de participantes. Se esperan prácticamente 30.000 asistentes por día, especialmente en las jornadas del viernes y, sobre todo, el sábado, donde la presencia en el cartel de C. Tangana se ha convertido también en un auténtico reclamo para personas que eran menos habituales. Una cifra contundente, más aún si hacemos una comparativa con la población habitual de la localidad, Aranda de Duero (33.084 empadronados), que verá casi duplicada su población.
Alrededor de 250 bandas, de todos los tipos y estilos posibles, desde artistas consolidados que aparecen en lo más alto de cartel, hasta viejas glorias como Jeanette o bandas emergentes llenas de sueños y con un camino amplio por recorrer, tienen cabida en los escenarios arandinos. Una programación en la que se vivirán, sin duda, momentos nostálgicos, como la despedida del grupo Izal, uno de los que forjó la leyenda del escenario de la Plaza del Trigo; o el salto de La M.O.D.A., que hace muy pocos años tocaba en un escenario perdido en el recinto del festival para ahora irrumpir como cabeza de cartel.
Y lo más enigmático, no todos los que estarán presentes aparecen en el cartel. Y es que Sonorama no sería Sonorama sin sus sorpresas, en esta ocasión más presentes que nunca. «Tendremos ese concierto 25 aniversario, donde pasarán por el escenario todos los grupos que han marcado nuestra historia, será muy emotivo. Y muchas más sorpresas que van a gustar, y mucho», desvela Javier Ajenjo.
El cartel de Sonorama 2022
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Miércoles: Ciudad Jara, Álvaro Suite, Arnau Griso, Luis Brea, Olimpia y Santero y Los Muchachos.
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Jueves: Rozalén, Jeanette, Triángulo de Amor Bizarro, Celtas Cortos, Los Secretos, Pole, Egon Soda, Future Islands, Coque Malla, Rulo y la Contrabanda, We are not dj's…
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Viernes: Izal, Mikel Erentxun, Delaossa, Nil Moliner, Shinova, Emir Kusturica & The No Smoking Orchestra, Dancetería, Delaossa, Elyella…
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Sábado: C. Tangana, Concierto 25 aniversario, La M.O.D.A., Arde Bogotá,Amaia, Funzo & Baby Loud, Recycled J, como Arde Bogotá, Ladilla Rusa o Rufus T. Firefly, Tu otra bonita…
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Domingo: Loquillo, Fuel Fandango, Dorian, La Casa Azul, Rayden, Dani Fernández, Sexy Zebras, La Frontera, No te va a gustar y Rayden.
Y como es tradición, cada día, a las tres de la tarde, las miradas estarán puestas en la plaza del Trigo, donde el #EspírituRibera, inundará el escenario mientras se sube un cabeza de cartel no anunciado, ante el fervor del público que habitualmente aguanta un sol de justicia. Los borsalinos, el refresco en forma de agua de los voluntarios de protección civil y la buena música podrán, seguro, con el nivel del mercurio.
Esos dos centenares de bandas se dividirán entre los cinco escenarios del recinto del festival y los tres escenarios en el centro de Aranda, más los djs en la 'Pool Party' y amenizando la zona de acampada. Los dos escenarios principales del recinto, Ribera del Duero y Aranda de Duero, donde tocarán los artistas más destacados del cartel, se coordinan a la perfección para que no haya pausas entre actuaciones, ni tiempos muertos.
«Es un trabajo complicado, mucha gente detrás, técnicos, ayudantes, mucho trajín en bambalinas para que eso pueda ser así», detalla Ajenjo. En los escenarios 'secundarios' habrá tiempo para el humor en el denominado Comedia, que luego se convertirá en zona de baile; grupos emergentes en el palco 25 aniversario y también de sonidos más urbanos y nuevos ritmos en el 'Urban Stage'. En el centro, la plaza del Trigo focalizará todas las miradas, con un aforo que por medidas de seguridad se limitará a 6.000 personas.
Quienes prefieran huir de tanta masificación tendrán la oportunidad de disfrutar también de la música de plaza de la Sal o los sonidos iberoamericanos en 'El Charco', situado en el Parque de la Isla junto a la ribera del río. Los que opten por algo más refrescante, muy cerca de la zona de acampada del parque General Gutiérrez, en el recinto ferial, este año se estrena la 'Pool Party', con atracciones acuáticas, actuaciones de los djs y zonas de bar y restauración. «Hay alternativas para todos los gustos, hemos intentado buscar que sea una oferta muy completa y que se diversifique», explica Ajenjo.
La variedad musical, insiste, es «tan amplia y variada» que en Sonorama también los niños tienen su propio escenario. En esta ocasión, el 'Sonorama Baby' estará situado en la Plaza Mayor, donde los más pequeños de la casa, por eso de crear cantera, tendrán la oportunidad de disfrutar de conciertos dedicados especialmente para ellos el viernes y sábado.
La celebración de Sonorama se convierte en un revulsivo económico muy importante para su ciudad anfitriona. Según los datos de la organización, los cinco días del festival suponen una repercusión económica de diez millones de euros en el tejido empresarial arandino. El festival beneficia especialmente al sector de la hostelería, con restaurantes y bares abarrotados, y triplicando turnos; pero también en otros ámbitos como los supermercados, las tiendas de alimentación o los comercios. Sin duda, el festival se convierte en una especie de escaparate turístico de la ciudad, sobre todo en el ámbito gastronómico y vitivinícola.
«Queremos que los que vengan a disfrutar del festival vivan Aranda, que prueben nuestro lechazo asado, nuestro vino de Ribera del Duero, que conozcan las bodegas subterráneas y que luego vuelvan a lo largo del año. Muchos lo hacen», insiste Ajenjo. Esa proyección turística se verá refrendada también por el impacto mediático del festival. Una presencia mediática que, según calculan, también se sitúa por encima de los diez millones.
Más allá de Aranda, los efectos del Sonorama llegan también a los pueblos de la comarca de la Ribera del Duero, ya que se convierte en misión imposible el encontrar un alojamiento en 40 kilómetros a la redonda, donde hoteles y casas rurales se encuentran reservados desde hace meses, incluso algunas desde la edición anterior. Por esa falta de plazas, en los últimos años han proliferado en la ciudad los alquileres de pisos particulares, por los que se piden altas cantidades económicas por cinco días de alojamiento. En lo que se refiere a la zona de acampada pernoctarán 12.000 personas.