La historia de la Sinfónica de Castilla y León, a través de sus álbumes
Esta semana lanza su primer disco a las órdenes de Andrew Gourlay, su actual director titular
Casi una veintena de discos grabó la Orquesta Sinfónica de Castilla y León con su primer director titular, Max Bragado-Darman. Los noventa fueron años de entusiasmo sinfónico en España y la industria discográfica aún era potente y plural. Con el sello Naxos registraron parte del repertorio español compuesto por Turina, Rodrigo (hasta tres cds), Tomás Bretón y un álbum de música contemporánea de Franco Donatoni, de Luis de Pablo y del vallisoletano Francisco Lara. Formado en Alemania, Bragado-Darman también retó a su orquesta a medirse con Bach, Mozart (dos discos con los solistas de la OSCyL como protagonistas), Brahms, Mendelssohn, Beethoven además de Ginastera, Shostakovich o Lizst. Además grabaron dos discos en colaboración con el ciclo expositivo Las Edades del Hombre.
El colombiano Alejandro Posada, segundo director titular, centró su interés discográfico en obras españolas poco conocidas. Así dirigió a la OSCyL en un álbum de conciertos para flauta de compositores nacionales con la joven salmantina Clara Andrada, hoy internacional, como solista. También dedicó un disco a la obra del malogrado burgalés Antonio José. Y los conciertos de maestros españoles para violín los grabó con el hoy popular Ara Malikian. Bajo la batuta del maestro José Luis Temes, la OSCyLgrabó las obras del vallisoletano Luis de los Cobos y otro cd de Bretón. Con Lionel Bringuier, tercer titular, no hubo ninguna grabación. Sin embargo, durante su titularidad, el entonces gerente, Félix Alcaraz, muñó la incursión de la orquesta en el catálogo del sello por excelencia, Deutsche Grammophon. El director, Miguel Harth-Bedoya, las solistas el dúo de pianos de las hermanas Labèque y la partitura de el 'Nazareno', de Golijov, fueron los ejes de aquel trabajo de la OSCyL.