El hiperactivo y genial Mozart, en las manos y las letras de Antonio Baciero
El pianista ofreció una conferencia-concierto en la que presentó su libro 'Mozart-trazoM: Lo cotidiano y lo insólito' en el Círculo de Recreo
El estudiante Antonio Baciero llegó a Viena en 1956, segundo centenario del nacimiento de Mozart, y tuvo como profesor a un especialista en el precoz ... entre los precoces, Paul Badera-Skoda. Como todo aspirante a pianista, el músico arandino estudió el catálogo mozartiano para teclado y, después como profesional, disfrutó con sus conciertos. Todo ello le ha llevado a bucear en el gran legado documental del compositor y dar su visión en 'Mozart-trazoM: lo cotidiano y lo insólito' (Arpegio editorial) que presentó ayer en el Círculo de Recreo, dentro de un acto organizado por la Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción.
Baciero (Aranda de Duero, 1936) eligió un programa con música de Mozart y de Franz Xaver, Ludwig von Köchel y Franz Joseph Kyrmayr, relacionados con el primero, que intercaló con los comentarios a las distintas facetas del artista abordadas en el texto.
«Fue un hombre de un destino tremendo, obligado a trabajar desde niño y poseído por la necesidad de componer. No dormía, era muy inquieto y le gustaba mucho el humor. Firmaba a veces con su nombre al revés, de ahí el título, un guiño a su gusto por el juego», explica el Premio Castilla y León de las Artes. «Todas sus extraordinarias experiencias en la vida, desde pequeño se relacionó con las cortes europeas, viajó mucho, le atenazaron todo tipo de plagas y enfermedades en esos viajes, todo eso lo lleva a la música. No paraba de componer», recuerda Baciero.
En un apunte personal, Mozart reconoce que le duelen los dedos de escribir. Al cabo de su corta vida, (35 años y 10 meses), «dejó escritas 20.000 páginas de música. Tenía un cerebro especial», reconoce Baciero que sugiere rasgos de hiperactividad en quien vivió 13.097 días, de los cuales pasó viajando 3.720.
Ha indagado el autor en el legado escrito de Mozart. «Solo en la British Library hay un índice de 200 páginas del fondo sobre él». Yes que el personaje sobrepasa el interés musical. Cita Baciero al musicólogo John Baur en su apreciación de que «todo sería más fácil si Mozart no hubiera escrito cartas... son obras maestras de la autoescenificación». Esas cartas reclaman pagos, negocian encargos, lamentan la ausencia de su mujer, hablan de otros músicos. Constituyen un profundo y atractivo pozo para curiosos.
Baciero ha estructurado su libro en cinco capítulos que siguen las etapas de su vida. Comienza con 'su pequeño buen corazón', continúa con 'el humor y el genio', 'combinatoria y azar', 'en la esfera de Schikaneder' y termina con 'de Constanza a Köchel'.
«Tuvo la suerte de nacer en una familia con un gran pedagogo como era su padre que detectó sus facultades pronto. Vivió contratiempos como cuando rompió relaciones con el Arzobispo de Salzburgo por incumplimiento de contrato. A pesar de su dedicación a la composición, mantuvo una intensa vida social, formó parte de los masones , siempre trató con gente especial», cuenta Baciero. No conoció el éxito de su ópera 'La flauta mágica', que fue póstumo. «Se propuso con un amigo componer un 'best-seller' para ganar dinero y lo logró». Precisamente con unas variaciones sobre una melodía de esta obra, a cargo de Kirmayr, terminó la conferencia.
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