El duende de Diego el Cigala tras la tormenta

El cielo respetó la cita del público vallisoletano con Diego el Cigala. A las 20:00 horas se abrían las puertas para el segundo concierto del ciclo Viva la vida en el patio de la Feria de Muestras y dejaba de llover. Sin embargo el artista se hizo desear, retraso para salir con el arco iris y el olor a tierra mojada. Tras la noche de cantautor protagonizada por El Kanka el viernes, ayer era el día de un flamenco que hace tres lustros que mezcla su raíz con los sones latinos.

Diego el Cigala prometió un recital íntimo de voz y piano al que añadió circunstancialmente coqueteos con los bongós. Comenzó con palabras de agradecimiento para los asistentes, que no llenaron el aforo, y les animó a gozar de la música, ese merecido regalo tras lo peor de la pandemia. Y El Cigala de los tangos, de la salsa, de los boleros, en impecable traje cruzado, fue desgranando lo mejor de su repertorio desde que en 1997 lo empezara a defender solo. El otrora acompañante de Camarón y Amigo ya no necesita más que un piano.