Rodrigo Garrido se pasa al relato para narrar un fin del mundo melancólico y enigmático
El poeta vallisoletano presentó en la galería Javier Silva 'Cuando los ángeles hagan sonar las trompetas', que publica Difácil
Hay un profeta que clama en el desierto, una pareja entregada a una bacanal, piadosos de generosidad sobrevenida y limosneros que atesoran para un futuro que solo ellos esperan. Los personajes de Rodrigo Garrido se preparan para el fin del mundo, 'Cuando los ángeles hagan sonar las trompetas'.
Este jueves presentó su primer libro de relatos, publicado por Difácil, junto a Francisco Alcántara en la Galería de Javier Silva.
Garrido era hasta ahora poeta. «Publiqué el último poemario en 2020 y tenía unas cuantas ideas relacionadas con el apocalipsis, historias personales de los protagonistas», dice quien no escribe «por escribir, siempre lo hago con un proyecto que puede tener suerte y ver la luz o ir al cajón, pero todo está dentro de una estructura general». En este caso, las ideas demandaban otro tratamiento fuera de la poesía.
«Pesaba la pandemia, la circunstancia, pero no es un libro nacido de eso. La idea de plaga, de apocalipsis, se repite con cierta frecuencia en la historia de la humanidad. En nuestro caso, vino luego reforzada con el volcán de la Palma, con la guerra de Ucrania y con cierto tratamiento sensacionalista en los medios de comunicación. Está en boca de todos», explica Rodrigo. Sin embargo, sus relatos tienen cierto aire irreal, son «melancólicos, pero no dramáticos».
Sus personajes descubren «poco a poco sus emociones, sus ideas, conocemos aspectos de sus vidas que ni ellos mismo saben, sus pasiones. La historia del profeta que se queda sin público para sus sermones nace del rencor. Y acaba triunfando porque habrá el final que ha predicho». Hay otra historia de «soledad, la de la chica y el cantante de boleros». Otra de «avaricia e hipocresía. Los creyentes que entran a la Iglesia y dan sus bienes porque así creen que se salvarán y los mendigos, ingenuos o listos, los recogen, por si no se produce el apocalipsis». Un Garrido moral que deja caer a los criaturas en cada final, como «en un tiempo suspendido, como el hámster en la rueda, sin resolver». En los cuentos aparecen personajes que no desarrolla, solo se asoman, «son cabos sueltos en la trama, ramificaciones».
Sigue escribiendo narrativa, en un libro ya pensado. Quizá prendan algunas ramificaciones del anterior.
