Luis Landero: «El odio, cuando muerde fuerte, probablemente dura más que el amor»
El escritor presenta en Valladolid 'Una historia ridícula', el monólogo de un hombre «al acecho» para defender su honor
Marcial –el protagonista de la última novela de Luis Landero– no habla al tuntún. «Él lo dice. No habla en vano.Advierte al lector:'Cuidado conmigo, que lo que digo, lo digo por algo'». Eso se convierte en un 'leit motiv' a lo largo de 'Una historia ridícula', la última novela del escritor extremeño, que ayer presentó en la librería Oletvm, en Valladolid.
–¿Dónde conoció a Marcial?
–No lo tengo muy claro. Hace cuarenta años escribí unas treinta líneas sobre un personaje que ya era Marcial (hablaba en primera persona, era una voz ofendida, humillada...). Pero, ¿de dónde vino ese Marcial a su vez?
–Eso.
–No lo sé. Yo he conocido a gente así. En la realidad, pero también en los libros (en Gógol, en Kafka...). Es gente a medio formar, que han hecho un par de cursitos, no más, pero que tienen ínfulas culturales. Yse sienten un poco pavo reales. Así que, por un lado está esa voz pretenciosa, solemne... y por otro, una infancia desgraciada, una enemistad con el prójimo, su necesidad de ajustar cuentas.
–Es un tipo que busca excusas para sus acciones.
–Es un hombre al acecho. No soporta que se burlen de él, que le hieran en su dignidad. Intenta darse a respetar y ser alguien en el mundo. Eso le lleva a ser un poco agresivo. Es como el perro que enseña los colmillos aunque no llega a morder. Y posiblemente, hasta salga huyendo a las primeras de cambio. Pero él enseña los colmillos por si acaso para darse a respetar.
–Es algo muy común ahora, irse armando de razones para justicar los comportamientos.
–¡Mira Putin! Pero en realidad es algo que siempre ha ocurrido.Este es un comportamiento un poco infantil: '¿Ves lo que has hecho conmigo?Pues ahora te vas a enterar'. Se buscan esos motivos –algo que también estaba en mi novela 'Lluvia fina'– y tal vez sean modos de defensa. Comportamientos pueriles. En los niños se puede aceptar. En los mayores, ya es carne de psiquiatra.
–¿La ofensa con testigos es más grave?
–Es que cuando hay testigos que pueden contar lo que ha pasado, el honor queda en entredicho. Y del honor sabemos mucho en España. En el Siglo de Oro aparece en casi todas las comedias (en Calderón, en Lope...). El honor es muy importante. Y Marcial es un hombre que defiende con uñas y dientes su honor. Es un hombre profundamente herido...
–Que habla a borbotones, con frases hechas. ¿Cómo las iba recolectando para darle esa voz?
–Yo me iba tropezando con ello. Escribiendo es como se consiguen las cosas. Lo bueno de escribir es que al calor de las palabras se te ocurren cosas que no estaban previstas. Y luego por la tarde, cuando no estás escribiendo (estás viendo una película o un partido de fútbol), de pronto el runrún de la novela lo tienes ahí. Se te ocurre algo y lo apuntas. Yo siempre tengo una librerita, un lápiz para apuntar cosas que de pronto se me ocurren. Pero eso va saliendo con el fluir de la escritura. Son las propias palabras las que te inspiran, la propia historia la que te va guiando.
–Y la vida de Marcial se descoloca cuando se enamora.
–Muchos nos hemos enamorado, sobre todo en la adolescencia, al modo romántico, sublime. No ese amor que se confunde con la costumbre, sino el amor excluyente, eterno, por el que darías la vida. En muchas películas, folletines y novelas aparece este tipo de amor. Ese amor ideal:Dulcinea...
–Y luego...
–Ese amor acaba como acaba. Normalmente son alucinaciones, espejismos. El mismo espejismo que puede tener un escritor cuando piensa que va a escribir una novela maravillosa y luego se queda en lo que se queda. Pero por soñar que no quede. El del amor es un sueño estupendo, pero a veces también tóxico, destructivo.Esto los poetas lo han cantado muy bien, hasta qué punto el amor es creador y a la vez destructivo. Pero es un sueño estupendo, inagotable y una inspiración constante.
–¿También el odio es inspirador? ¿Hay odios a primera vista?
–Hay gente que te cae antipática a las primeras de cambio, sí. Yel odio cuando muerde fuerte es muy perdurable, probablemente más que el amor. Por lo menos, se mantiene más fresco. El amor languidece, decae, viene la paz, la pasión desaparece. Pero el odio se mantiene vivo, constante. Es una impresión que tengo, no me hagas mucho caso.
–¿Qué es el ridículo en esta historia?
–El ridículo aparece cuando aspiras a mucho y te quedas en poco. Ese desnivel que hay entre tus aspiraciones y lo que consigues. Ahí es donde se genera el ridículo.