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Fue coetánea de la Generación del 27 pero solo amiga de Luis Cernuda e intercambió algunas cartas con Guillén. Coincidió con las sin sombrero más ... no prendió en ella la ruptura liberadora del sexo femenino manteniendo su matrimonio con Timoteo Pérez Rubio, a pesar de las infidelidades. Pensaba filosóficamente como la discípula de Ortega que se sentía aunque eligió la literatura como expresión. La longeva Rosa Chacel (1898-1994) viajó por Europa, vivió en Brasil, Nueva York y Buenos Aires, sin embargo apenas salió de sí misma y añoró siempre su década prodigiosa, los años veinte en Madrid. Anna Caballé registra su vida en 'Íntima Atlántica', una minuciosa reconstrucción de los 96 años de esta vallisoletana arisca, depresiva y sorprendente que renació a los ochenta años, tras la muerte de su marido.
Caballé, bregada en el género biográfico, partía con la ventaja de una gran cantidad de material de primera mano, los diarios y la correspondencia de Chacel, custodiados en la Fundación Jorge Guillén. A ellos ha sumado memorias y biografías de otros escritores además de los encuentros personales, por ejemplo, con el hijo de la protagonista, Carlos Pérez Chacel, que conoció las galeradas antes de morir en enero.
Con todo ello, la profesora barcelonesa levanta un preciso fresco del mundo literario durante casi un siglo a ambos lados del Atlántico además de dibujar los arbotantes que le unen a sus colegas europeos y los encuentros en Italia, Francia, Suiza o Grecia. Es una comunidad determinada por el exilio, aunque Chacel no reconocería otro exilio que el de sí misma, refractaria como era a cualquier movimiento colectivo y apolítica medular. Su vida también está marcada por los cargos de Timoteo durante la II República. En 1937 fue nombrado presidente de la Junta Central del Tesoro Artístico Nacional, es decir, el encargado de salvar el patrimonio artístico de los museos de Madrid durante la guerra. Por eso comenzará su peregrinar, por eso acaban en Brasil.
Antes de que la guerra marque su destino, Rosa Chacel da sus primeros pasos en Valladolid. Luego la familia se muda a Madrid. Su instrucción y socialización no pasan por el colegio aunque la capacidad dialéctica de la sobrina nieta de José Zorrilla pronto la singulariza. El contacto con sus coetáneos comenzará en la Academia de San Fernando, son los años de Dalí, Maruja Mallo, Concha Méndez, Concha de Albornoz, entre los que estaba el pintor extremeño Timoteo.
El Ateneo será su academia, su biblioteca, su lugar de encuentro con la intelectualidad.Allí escucha a Unamuno, a Azaña, a Rivas Cherif,a Sender, a Valle-Inclán o a Benavente. También Chacel participa de las tertulias y descubre la filosofía.
Orteguiana, vitriólica
Caballé señala a Kierkegaard como una de sus grandes influencias, «frente al continuo movimiento de la dialéctica hegeliana, para el danés la única realidad de la vida es la repetición», sostiene la biógrafa. En ese marco mental y en las ideas de la novela de Ortega y Gasset, de quien se siente discípula, se moverá Chacel.
En 1922 Rosa y Timoteo se casan para poder viajar juntos a Roma, donde él disfrutará de la beca de ampliación de estudios en la Academia de España durante cuatro años. Allí comenzará a escribir 'Estación. Ida y vuelta' con «su característica estructura fractal donde el tema de la infidelidad, el adulterio y la traición se repetirá». Su narrativa trasluce su interés más por el ser que el acontecer, siguiendo el paradigma novelesco orteguiano. Ortega le invita a la 'Revista de Occidente' donde firma periódicamente. Aunque la Rosa que no se integró en el grupo de Roma tampoco lo hace en el de esta publicación. Con Ortega primero, con Julián Marías o Pere Gimferrer después Chacel repite ciclo. De la admiración inicial pasa al desencanto por las discrepancias sobre su obra y termina en los vitriólicos juicios que pueblan sus diarios por la frustración de alguna publicación.
Del autor de 'La deshumanización del arte' recogerá la sugerencia de escribir 'Teresa', una novela sobre la amante de Espronceda. Que matrimonio, amor y pasión no siempre van parejas se lo demostró pronto Timoteo, quien retrató a buena parte de las damas de la alta burguesía y se dejó querer por muchas de ellas. Ese patrón fue su constante, según su hijo, y alimentó los celos de su madre eternamente.
El desencanto
La llegada del primogénito no cambió a ninguno de los cónyuges, enfrascados en sus respectivas obras. Durante el periplo francés-brasileño-argentino fue internado en colegios elitistas que malamente podían pagar. Las amistades les llevaron hasta Río de Janeiro, donde tendrán departamento durante cuatro décadas aunque los tres poco convivirán en él poco tiempo. Timo se retiró a Valença con Lea Pentagna, su segundo gran amor. Se reinventará como empresario del caolín (fábrica Keramik), seguirá pintando y mantendrá a su familia. Los arrebatos de Rosa suelen saldarse con viajes, se mudará a Buenos Aires, donde hay una gran comunidad española también aunque apenas establece lazos, luego a Nueva York con una beca Guggenheim que fructificará mucho después en 'Saturnal'. «Chacel no vive su tiempo, no vive en Brasil, como tampoco ha vivido en Buenos Aires porque lo que quiere es seguir conservando en su mente y en su corazón el otro tiempo, el otro lugar, cuando su vida tenía verdadero sentido», describe Caballé a Chacel. «Su desarraigo moral y literario, donde en el fondo no existe más que la vida en torno a los años prodigiosos, cuando todo estaba por hacer y Timo a su lado».
El cine será su gran evasión, la soledad su compañera, la precariedad económica su condicionante. Sus diarios traslucen sus depresiones pero eluden explicitar sus causas. A finales de los sesenta se interesan por ella un grupo de jóvenes escritores españoles formado por Ana María Moix, Pere Gimferrer y Guillermo Carnero. Gracias en parte a su concurrencia comienzan a publicarse sus libros: Edhasa lanza 'La confesión', Seix Barral, 'Saturnal', Lumen, 'Memorias de Leticia Valle' y 'Teresa'. Con una beca de la Fundación Juan March se dedica a escribir 'Barrio de Maravillas'. En 1977 muere Timoteo, ella tiene 80 años y hasta su muerte en Madrid en 1994, recibirá los premios y reconocimientos que la devuelven la sonrisa.
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