De la vuelta al pasado y los miedos del presente

El filme es un diálogo de la expareja, interrumpido en ocasiones por la voz en 'off'. Es una vuelta al pasado y un examen de las frustraciones y los miedos del presente. Son dos tipos distintos, ella casi una neurótica, el un hombre serio que oculta su debilidad. Poco a poco, con la ayuda de unas pequeñas acciones ese resquemor se va abriendo y un nuevo cariño parece surgir, hasta el lógico final.

Meg Ryan aprovecha su personaje y la realización procura que supere la un tanto débil consistencia de la trama, consiguiéndolo en gran parte. Su visión del espacio es muy del presente y de las incomodidades que pueden sufrir los sufridos pasajeros, así como la dificultad de resolverlas. Enlaza muy bien este aspecto con la historia principal, desde la intención de actualidad del filme.

Solo una pareja, Meg Ryan y David Duchovny. La palabra es su máximo lenguaje y ambos procuran matizarla desde la evolución de sus personajes que no son los mismo desde el comienzo. Meg es más expresiva y David más profundo, pero les ocurre lo mismo a sus identidades gemelas. Aunque se alargue un tanto, es una comedia interesante que refleja el mundo de Meg Ryan.