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El actor Luis Tosar, en el barrio Lavapiés de Madrid.
Luis Tosar: «Vivimos una disquisición moral en la que no queda claro quién es la víctima y el verdugo»

Luis Tosar: «Vivimos una disquisición moral en la que no queda claro quién es la víctima y el verdugo»

El actor gallego se mete en la piel de un director de banco en 'El desconocido', un trepidante thriller con los desmanes del mundo financiero y sus víctimas como trasfondo

Rosario González

Viernes, 18 de septiembre 2015, 01:40

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Llega con paso tranquilo al madrileño barrio de Lavapiés, vestido con ropa oscura y la sempiterna gorra negra calada hasta las cejas. Ni por esas. Cada transeúnte que baja por la calle del Sombrerete reconoce a Luis Tosar (Lugo, 1971), señala y sonríe. Un joven africano se anima a pedir una foto e intenta explicarle en castellano lo mucho que le gustan sus papeles. El tipo cae bien. En parte porque mantiene las maneras, sencillas y honestas. También dicen de él que es uno de los pocos actores que logra hacernos creer casi cualquier cosa. Lo consiguió en sus inicios con películas de corte más social y repitió hazaña con personajes cada vez más dispares, incluido el brutal 'Malamadre' de 'Celda 211' que terminó de encumbrarlo.

Ahora, el actor gallego repite proeza y honradez interpretativa en 'El desconocido', un thriller frenético con trasfondo social que refleja los desmanes del sector financiero y sus víctimas. Para ello se mete en la piel de Carlos, un director de banco atrapado en el coche junto a sus dos hijos y un artefacto explosivo bajo del asiento que deberá reunir una elevada cantidad de dinero para salir con vida de la trampa.

     "Creo que hay algo catárquico en esta película, porque a través de una ficción hablamos de cosas que a veces uno desearía que ocurriesen pero que sabe que no están bien. En este país hemos sido bastante tolerantes y la ciudadanía se ha portado muy bien, teniendo en cuenta la que ha caído y las víctimas que han provocado los desmanes del mundo financiero", explica Tosar acodado en la mesa de un pequeño café.

La cinta, muy "apegada coyunturalmente" a la realidad de los últimos años, se sirve de la potencia de un thriller de acción en lugar de articularlo en un drama social al uso, dando como resultado una película que entretiene y golpea al espectador al mismo tiempo. "Hay un cierto alivio para el espectador contándolo así y lo coloca en un lugar más cómodo para ver la película, porque el realismo social puro y duro te recuerda de alguna manera la desgracia que uno vive en su casa y a veces no funciona. Ha sido muy inteligente por parte de Dani -el director Daniel de la Torre- contar todo esto con un ritmo frenético, en una película totalmente taquicárdica pero que no deja de contar una realidad muy clara".

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