Jesús Carrasco: «Para los hombres ya es un asunto ineludible asumir, reconocer y ejercer los cuidados»
El autor de 'Llévame a casa' asegura que siente una relación paternofilial con Delibes
claudia carrascal
Miércoles, 19 de mayo 2021
Una historia cotidiana, que refleja ese momento que llega en la vida de todo hijo al ver como sus padres envejecen y necesitan ayuda, es el hilo argumental de la última novela del escritor Jesús Carrasco, 'Llévame a casa'. El escritor participó en el Aula de Cultura de El Norte de Castilla, que cuenta con el patrocinio de la Fundación La Caixa, sin embargo, por problemas técnicos, el encuentro no podrá retrasmitirse a través de la web de El Norte de Castilla, tal y como estaba previsto.
De este modo, el extremeño aborda el tema de los cuidados y los lazos y heridas que hay en el entorno familiar porque «necesitaba narrar algo cercano, que estuviera al alcance de mi mano», asegura. De ahí que objetos como el jabón, un juguete o un vaso en el que el padre bebía vino cobren una especial relevancia y despierten la memoria de los personajes.
Por otra parte, aborda el tema de los cuidados asumidos por un hombre, a pesar de que en pleno siglo XXI siguen muy vinculados a las mujeres. Un paso que da porque, tal y como admite, es la historia que a él le ha tocado vivir. Asimismo, hace hincapié en que la novela «es producto del momento actual, de la cultura y del territorio y en este tiempo los hombres no podemos irnos por las ramas, estamos llamados a dar un paso adelante y a entrar en la sombra de lo cotidiano, de la casa». Hasta el punto de que cree que se ha convertido en un asunto ineludible para los hombres «asumir, reconocer y ejercer los cuidados».
También se filtran en esta novela las vivencias que acumula de los tres años que residió en Escocia y como en el resto de sus obras están muy presentes las dualidades entre luz y oscuridad o entre sequía y agua. «En este caso la sequedad está presente en el pueblo toledano del protagonista donde se encuentran sus obligaciones frente a ese norte verde y húmedo que alberga sus ensoñaciones y utopías vitales», matiza.
El autor no elude la dureza en su relato porque «a veces la vida es cruel y difícil, nos hace sufrir, pero también está llena de amor, piedad y belleza y ese es el equilibrio que busco en mis novelas», asevera. Por otra parte, durante su conversación con la periodista Angélica Tanarro hizo hincapié en el protagonismo que cobra el silencio en sus novelas y atribuyó a su padre este amor por la ausencia de ruidos o de palabras. También se debe a una cuestión estética y es que «el silencio en la vida es necesario, pero en el arte todavía más porque permite al espectador entrar en la obra y colocar su palabra». Por eso, considera que copar una obra de diálogos es robarle al lector un espacio para que puede «imaginar, sentir o poner su diálogo».
Por último, indica que su relación con Delibes se basa en las semejanzas de los paisajes que ve desde niño con los que describe el autor vallisoletano lo que le lleva a sentir «que su mundo era el mismo que el mío». En este sentido, recalca que le hubiera encantado conocer a Miguel Delibes porque siente con él una relación paternofilial. «Me hubiera encantado contarle las cosas que yo hacía de niño y que él me llevara al campo», admitió durante el evento al que asistió el consejero de Cultura, Javier Ortega.