Castilla y León

La IA y nuevos materiales, la revolución silenciosa que sacude a los artesanos

En las transformaciones en las que se ve inmerso el sector profundizará el Encuentro Internacional de Oficios Artísticos Craftinnova. Lo acogerá la Feria de Valladolid durante este viernes y el sábado, dos jornadas en las que profesionales y alumnos de las nueve escuelas superiores de arte y diseño de Castilla y León abordarán a través de talleres, mesas redondas y conferencias la relación de los oficios tradicionales con las nuevas formas de diseño digital y virtual. «El reto es mostrar una visión más contemporánea del sector, donde la innovación y la tecnología forman parte de la cotidianidad en los talleres», subraya Sanz sobre este foro organizado por la Federación de Oficios Artesanos de Castilla y León (Foacal).

Modelado tradicional y digital, prótesis para material arqueológico y restauración, belenes en 3D, arcillas locales y nuevas posibilidades matéricas o tejeduría tradicional en calzado son algunos de los temas que se abordarán en una cita dominada por la aplicación de Inteligencia Artificial en la ilustración a partir de la experiencia de Pep Monserrat, Premio Nacional, y de dibujantes como Luis Demano, Ruth Pedreño, y Alberto Albarrán, docente de diseño gráfico en la Escuela de Arte de Ávila.

Los últimos avances en el mundo de videojuegos, animación y experiencias inmersivas serán también objeto de análisis, así como el modelado tradicional y el digital, aspecto que será tratado por Juan Villa, que exhibe en el castillo de Trigueros del Valle sus icónicas creaciones para atrezo de series de televisión.

«En nuestro sector hablamos ya de la revolución silenciosa que entraña el empleo de nuevos materiales», aduce Félix Sanz, también ceramista. «En la joyería está siendo muy relevante la aparición de nuevas tipologías de resinas, de poliésteres, poliuretanos... Sin ellos los nuevos parques temáticos no serían posibles». Valora también que el catálogo habitual en los oficios de piedra, madera o escayola ha ampliado su horizonte gracias a materiales que nacieron del mundo de la aeronáutica y el automóvil y encuentran acomodo en los talleres para crear nuevos productos.

Las escuelas de arte y diseño son otro eslabón al que se incorporan nuevas herramientas digitales y avances tecnológicos como el empleo de leds, sensores de temperatura que permiten obtener gran cantidad de datos o nuevos tipos de software. Tienen los artesanos muy presente que hace unos años se llevaban «las manos a la cabeza» pensando que la irrupción de las nuevas tecnologías acabaría con muchos oficios tradicionales. «Pero estamos viendo que, al contrario, lo que hacen posible es su permanencia, que muchos artesanos mantengan vivo su taller porque pueden competir en el mercado; cuando tuvo lugar la revolución industrial parecía que se iba a extinguir la actividad artesanal, y no fue así», sostiene el director de Cearcal.

La clave para mantenerse, afirma, está en la autoría. «Un creador no puede dar el salto a la fabricación industrial; si uno quiere diferenciar su producto es esencial dejar la huella humana; antes el que trabajaba la cerámica solo lo hacía con ese material, ahora se combinan un montón de elementos sin renunciar a la herencia patrimonial».

En la actualidad, más que oficios lo que se ve peligrar son fórmulas de negocio que han quedado obsoletas. «Por ejempolo, el modelo de alfarería tradicional basado en la producción masiva de piezas a bajo coste es difícil que subsista», vaticina Sanz. «Por eso se está transformando para crear otro tipo de producto donde el valor no está en hacer mil botijos, sino a lo mejor cien con una identidad propia que permita diferenciarlo, darle el valor añadido de la autoría».

Castilla y León cuenta con unos 600 artesanos censados con actividad económica en un sector complejo, que va más allá de la imagen de las ferias de artesanía, que apenas ocupa a un 10% del total. «Lo que estamos viendo es que los oficios tradicionales se están transformando sin perder su esencia –comenta Verónica Coca Zancajo, coordinadora de Craftinnova–; incluso los programadores acaban acercándose a estos reductos creativos».