Las residencias de mayores serán las últimas en recuperar la normalidad
Concentran el 1,8% de la población de la región pero acumulan el 29% de los positivos y un 67,8% de los fallecidos
Son el gran foco de contagio y de mortalidad. Y al mismo tiempo son centros en los que el confinamiento, de por sí, es más sencillo que en cualquier otro lado. Dadas estas dos premisas, y ahora que los equipos de protección y los test empiezan a hacer más controlable la situación, las residencias de mayores serán las últimas en abandonar la situación actual. Esto es, sin visitas, sin interacción con el mundo exterior más allá de la que puedan mantener los trabajadores de estos centros.
Los datos son abrumadores. El 1,8% de la población de Castilla y León vive en centros de mayores, según los datos de la Consejería de Familia, que los cifra, a 29 de abril, en 43.439 personas. A ese porcentaje, ínfimo, se corresponden sin embargo unas tasas de contagio y de letalidad dramáticas. Aglutinan el 28,9% de los casos positivos confirmados, que no incluyen a los 777 residentes aislados con síntomas de Covid-19. Y suman el 53,12% de los fallecidos si solo se tienen en cuenta aquellos que se han identificado como positivos confirmados. Si se añade a la estadística los 1.072 que se reconocen como «fallecidos con síntomas», el porcentaje se eleva hasta el 67,8%. Lo que equivale a decir que 7 de cada 10 muertos en Castilla y León por el coronavirus eran residentes en centros de mayores.
¿Lo peor? Que la Junta ha contabilizado 5.472 positivos y los 777 aislados, y sigue confirmando nuevos casos a medida que avanzan las pruebas diagnósticas. Y la consejera de Familia admitió que «cuando el virus ha entrado en una residencia la mortalidad ha sido del 25-30%».
Por todo ello, Isabel Blanco afirmó que «las residencias tienen que ser las últimas en salir». Y se tratará, aseguró, de conseguir que las familias puedan contactar con sus mayores. «Vamos a incrementar todos los medios posibles para que puedan comunicarse con las familias, para mejorar las comunicaciones con aquellos sitios donde hayan fallado, pero hay que ser conscientes de que las personas mayores que están en residencias son las más vulnerables, por eso son las últimas que van a entrar en la fase de desescalada».