La oposición se une contra el «caos» de un inicio de curso que Educación ve «positivo» en Castilla y León
PP y Cs tratan de aplacar al PSOE de Tudanca, que subió un tono en sus críticas, y le piden colaboración
Rocío Lucas, consejera de Educación, vio el aluvión de preguntas que le esperaban en la primera sesión del Pleno y se aferró a un argumentario ... definido por datos y por una frase que repitió en varias ocasiones: «El comienzo de curso ha sido positivo». Había 17 preguntas preparadas para los miembros del Gobierno. Tres eran de fuego amigo, Ciudadanos, para la transparencia que dirige Francisco Igea (Cs), para las medidas de ayudas a la hostelería de Javier Ortega (Cs) y para el consejero de Agricultura, Jesús Julio Carnero (PP). Del resto, catorce, seis estaban relacionadas con el asunto educativo. Tan extraordinario resultó que Pablo Fernández (UP) se llevó el recado de la consejera por dirigirse a ella «por primera vez» desde que se inició la legislatura.
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Pasado año y medio de las elecciones autonómicas, el PSOE parece haber arrancado septiembre con un cambio de fase. La pandemia llevó a los de Luis Tudanca a mantener un perfil de lealtad institucional y eso hace que el equipo de Gobierno PP-Cs esté cómodo. Tanto, que ayer Verónica Casado les pidió que sigan con la línea de apoyo. También lo hizo Alfonso Fernández Mañueco, que tiró del ejemplo del reciente 'lunes de minicumbres' entre ejecutivos autonómicos y nacional. «Analice lo que ocurrió ayer, conversaciones Gobierno-Junta, Madrid-Gobierno, Junta y corporaciones locales», le recordó. Y hasta Francisco Igea olvidó sus encontronazos con el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, para ponerse como ejemplo a seguir de cordialidad: «Lo que hemos hecho ha sido cumplir con nuestra responsabilidad con coherencia, ser solidarios con el Gobierno de la nación, ser solidarios con los ayuntamientos, no montar bronca, no generar polémicas inútiles».
Apoyo institucional, le pidieron de nuevo.
Sin embargo, los socialistas dejaron claro que esa fase de firmar pactos de reconstrucción y mantener un silencio prudente ya ha quedado atrás. Que van a convivir con la gestión del virus con cierta lealtad, pero ha llegado el momento de hacer valer los 35 procuradores para dar guerra. El frente de la corrupción tuvo su momento con el HUBU y con lo que pueda salpicar el caso Kitchen al asesor gubernamental por parte popular Ignacio Cosidó. La Educación, sin embargo, acaparó el debate. Lanzaron sus preguntas los socialistas Fernando Pablos, Judith Villar y Soraya Blázquez, el procurador de Vox, Jesús García-Conde; Pablo Fernández, de Podemos, y Pedro Pascual, de Por Ávila.
La consejera Lucas respondió con grandes cifras a los casos más particulares con los que los interrogadores pretendían mostrar lo que consideran un «caos» en el retorno a las clases. Fernando Pablos (PSOE) expuso casos como el de una AMPA de Salamanca que tuvo que ayudar a reorganizar el centro escolar un día antes de empezar el curso, o un instituto de Burgos al que le faltaban 21 profesores, o las aulas al límite de la ratio porque no se han desdoblado por falta de docentes, o los alumnos de Bachillerato que se enteraron justo antes de iniciar el curso que tendrían clase por la tarde. Judith Villar se centró en las etapas de Infantil y Primaria y aseguró que «las juntas de personal docente han manifestado su preocupación por el caos y desastre de este comienzo de curso y muchos centros comenzaron con falta de maestros».
Soraya Blázquez, también del PSOE, atacó por el lado de la financiación extra para que los ayuntamientos incrementen las labores de limpieza y desinfección de los centros públicos. Jesús García-Conde (Vox) pidió que se solucionara el asunto de las actividades extraescolares. Pedro Pascual (Por Ávila) puso el ejemplo del transporte escolar en Ávila para dejar claro que en los buses no hay distancia que valga y que, como reprocharon otros procuradores, aún no se sabe nada de los «acompañantes» que se comprometieron para los autocares con estudiantes de Secundaria, que debían vigilar que se cumplan las normas de prevención. Entre todos ellos, y con la aportación de Pablo Fernández (Podemos) con otra crítica general -«ha sido un sindiós por su desidia, inacción e indolencia»-, cubrieron todos los ángulos.
Lucas replicó con datos, especialmente, y con el parachoques del halago recibido por parte de la ministra de Educación, Isabel Celaá, socialista a la sazón. «Todos deberíamos estar razonablemente satisfechos de cómo se ha llevado a cabo el inicio de curso, que ha empezado en fecha, con 100% de presencialidad y sin incidencias notables», se defendió la consejera. «Me viene a plantear casos puntuales que se han producido en todos los comienzos de curso», le replicó a Fernando Pablos. «La propia ministra Celaá ha reconocido la gestión educativa de Castilla yLeón junto con alguna otra», contragolpeó a Judith Villar. «Otras comunidades gobernadas por el PSOE han dejado a los ayuntamientos solos, nosotros hemos creado un fondo para ayudar a los municipios», blandió ante Blázquez.
«Ha hecho usted un discurso demagógico, sin conocer nada del sistema educativo de Castilla y León», atizó a Pablo Fernández. Y solo sacó algo positivo el procurador de Vox, al que le dijo que las actividades extraescolares están «supeditadas a la evolución de la pandemia», pero anunció una «próxima reunión para ver cuándo se puede volver a la actividad con normalidad».
Una normalidad que, en lo tocante al curso político, se rompió ayer con un protagonismo de Educación que, a medida que avance este peculiar curso pandémico, puede no ser cosa de un solo Pleno.
Un Pleno con onces iniciales y suplentes
Fue otro atípico Pleno pandémico. Unos cuantos procuradores (PP y PSOE, los mayoritarios, contaron con 5 cada uno en representación de sus 35 y 29) seguían la sesión y se turnaban para las intervenciones con sus compañeros, presentes en sus despachos. El PSOE, por ejemplo, tenía diez oradores para sus cuestiones de control, por lo que el relevo en los escaños era inevitable. Una pregunta de Cs a Igea coincidió con varias sustituciones en la bancada del PSOE y el vicepresidente remató: «Quizá fuera bueno que hubiera quedado alguno a ver si conseguíamos enseñarles algo».
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