Mañueco sitúa el «interruptor del bloqueo» en el «sanchismo» de Tudanca
El balance de seis meses de PP y Cs se apoya en hacer oposición a los rostros regionales del Gobierno nacional
En la primera réplica a la primera cuestión del Pleno, Alfonso Fernández Mañueco esgrimió la palabra «sanchismo». Le sirvió para situar a Luis Tudanca en ... la órbita del presidente del Gobierno antes de avanzar que retomará la táctica de Juan Vicente Herrera de convocar a todos los grupos para anotar sus peticiones y exigencias y trasladárselas a Pedro Sánchez en su reunión institucional. «Le anuncio que convocaré a los grupos parlamentarios para recoger propuestas cuando tenga esa reunión con el presidente del Gobierno», le explicó primero a Ana Carlota Amigo, portavoz de Ciudadanos, y después a Pablo Fernández, a quien sumó en cierto modo al bando sanchista por aquello del acuerdo PSOE-Unidas Podemos. La táctica del presidente del Gobierno autonómico se construyó así en torno a un doble eje: oposición nacional a la oposición regional y repaso de logros de los seis primeros meses de su equipo bicolor.
Luis Tudanca y Pablo Fernández pasan así a considerarse como un todo. Y por tanto se les reclaman cosas similares. Al socialista, que «levante el interruptor del bloqueo», que presente «propuestas en positivo». Al de Unidas Podemos, «que haga usted como este Gobierno, es hora de predicar menos y dar más trigo». Y se esgrimen, públicamente, todos los asuntos que el Gobierno socialista tiene pendientes hacia Castilla y León, de modo que se anticipa que cada renuncia o afrenta en clave nacional se dejará caer sobre las cabezas regionales de sus rivales. «Necesitamos un modelo nuevo que apueste por la garantía de los servicios públicos en todo el territorio», dijo. «El Gobierno de Pedro Sánchez debe a Castilla y León 142 millones de euros, es un Gobierno deudor con esta tierra», insistió. Enumeró «infraestructuras, corredor Atlántico» y «reto de la despoblación» y apuntilló en clave de debate nacional, con Cataluña como fondo de la frase: «No vamos a aceptar la ruptura del actual marco constitucional ni la ruptura de la igualdad de los españoles ante la ley».
Ana Sánchez atacó con Aliste y Francisco Igea replicó como consejero sanitario improvisado, en ausencia de Verónica Casado
Sentado el 'ellos' y desgranado lo que deben esos 'ellos' a los que tendrá que exigir respuestas en su reunión con Pedro Sánchez, la segunda parte de la táctica de Mañueco fue la enunciativa. El listado de tareas cumplidas por su Gobierno en seis meses. «Ayer firmamos un nuevo acuerdo sobre diálogo social. En empleo, Castilla y León lidera la bajada del paro interanual, en unas semanas será realidad la supresión del Impuesto de Sucesiones, hemos bajado precio del suelo industrial, apostado por plan de crecimiento para pymes, extendido la tarifa plana autónomos en 12 meses, somos líderes en Dependencia, tenemos una apuesta clara por la sanidad rural, garantizando consultorios y profesionales, a través del diálogo con profesionales, alcaldesas y alcaldes...».
Y este punto, sobre todos los demás, fue el que provocó el contragolpe. Luis Tudanca había lanzado un par de directos al presidente que no obtuvieron respuesta en su primera intervención. «Firmaron que reabrían las urgencias médicas en el medio rural, las cerraron y ahora las van a cerrar los fines de semana y la solución que han planteado es dar cursos de primeros auxilios para voluntarios», dijo. «En Aliste ya no saben si matan o espantan con el plan de Atención Primaria en el medio rural, que no será tan bueno porque en Salamanca no es capaz de defenderlo ante los suyos y dice que no se va aplicar allí».
Pero fue Ana Sánchez, la vicepresidenta primera de las Cortes, la que sostuvo el ataque sanitario al tándem de Gobierno. «Les iba a resultar inviable la aplicación del plan de Atención Primaria, como les dijimos, y ayer se van a Aliste a anunciar su aplazamiento. Ni están preparados ni lo van a estar, ni hay médicos, ni financiación ni memoria económica detallada», acusó, mientras mostraba la foto de la consejera, Verónica Casado, con tres alcaldes de la comarca. «Cuando le preguntan por la financiación, la consejera dice 'vamos a dotarlo de 114.000 euros, 100.000 destinados a los profesionales'. Y yo les pregunto qué creen que pueden hacer con 14.000 euros».
Los números entraron así en la disputa. Francisco Igea, erigido portavoz de Sanidad en ausencia de Verónica Casado -la consejera se encontraba en una reunión en el Ministerio- los lanzó con preguntas. «Dice que hacen falta más médicos. ¿Cuántos hay en Aliste? Se lo voy a decir, 12. ¿Cuántos pacientes? 4.800. Un médico por cada 380 tarjetas. Igual si escucha aprende un poco», espetó mientras Ana Sánchez miraba hacia otro lado al tiempo que blandía la foto de la consejera en Aliste. «En España es uno por cada 1.500», continuó Igea.
Pablo Fernández, mientras, se percató de ese papel de gobernante opositor adoptado por Mañueco y aceptó el juego. «No ejerce de presidente y hace solo oposición al Gobierno de España», le dijo. «En solo unos días el Gobierno de PSOE y UP ha hecho más por Castilla y León que 32 años de PP. Aumento del salario mínimo interprofesional, incremento de las pensiones y subida del sueldo de los empleados públicos, medidas que benefician a 1.110.233 castellanos y leoneses», contabilizó. Y le anunció que le explicará más medidas del Gobierno nacional en adelante, lo que no deja de ser todo un refuerzo para la defensa atacante de Mañueco.
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