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La osa La Güela sobrevive al invierno en Cabárceno y mantiene su peso
CASTILLA Y LEÓN

La osa La Güela sobrevive al invierno en Cabárceno y mantiene su peso

Permanece aislada porque sus sentidos están deteriorados y tiene problemas en la relación con otros osos

ELENA R. COSTILLA

Sábado, 23 de junio 2012, 15:09

Fue capturada hace casi un año en la Montaña Palentina en un estado de desnutrición casi total, vivió en Cabárceno dos meses hasta que volvió a recuperar un estado saludable tanto, que a pesar de ser un ejemplar muy longevo recorrió 15 kilómetros en poco más de dos semanas, pero la pérdida de los sentidos y la falta de alimento en la montaña, la llevó a descender hacia el cántabro Valle de Liébana, donde provocó más de un susto a los ganaderos de la zona. En septiembre volvió de nuevo al Parque de Naturaleza de Cabárceno, en Cantabria, donde, contra todo pronóstico, ha sobrevivido al invierno y a la primavera, mantiene su peso alrededor de 100 kilos y no sufre ninguna enfermedad, más allá de los achaques propios de un ejemplar que está llegando al final de sus días. Se calcula que tiene entre 17 y 19 años, y la media de vida para los osos en libertad no llega a los 17, en cautividad alcanzan los 18 o 19.

Sin apenas ver ni oír y acostumbrada a vivir en libertad, a La Güela no le ha ido bien la socialización con otros ejemplares de su especie, de hecho, asegura Ignacio Molina, jefe del servicio de Espacios Naturales de la Junta de Castilla y León, vive aislada «porque tiene problemas de relación», una decisión que también tiene que ver con motivos de seguridad, para evitar riesgos biológicos y sanitarios y porque, dado que es una osa salvaje, se quiere preservar este estado hasta su muerte. Cuánto más puede vivir La Güela no se sabe, ha demostrado ser una osa fuerte, pero la ley de vida dice que se está acercando a su límite, quizá viva seis meses o un año más, pero lo que es seguro es que el final de su vida será en cautividad. Ya no tiene colmillos, por lo que no podría alimentarse por su cuenta, y sus limitaciones sensoriales la hacen agresiva, porque «se siente amenazada» al no percibir bien lo que le rodea. No volverá, por tanto, a la montaña en la que ha vivido hasta hace unos meses, pero lo que aún no está claro es si continuará o no en Cabárceno, se «barajan diferentes opciones», entre ellas trasladarla a una instalación que el ministerio tiene en Cuenca, aunque no hay una decisión tomada al respecto. Los técnicos estaban esperando al final de la primavera para comprobar cuál era su estado de salud, en caso de haber sufrido un importante deterioro, «se la dejaría morir». Un cambio de casa implicaría anestesiar al animal, y como a cualquier persona de edad avanzada, eso conlleva sus riesgos para la salud. En cualquier caso, la decisión que se tome, tanto si se queda en el Parque de Naturaleza, como si viaja a otro lugar, se hará con el consenso de las dos comunidades autónomas y después de «analizados los pros y contras».

En Cabárceno, La Güela vive en una jaula de unos 70 metros cuadrados, para ella sola, está controlada en todo momento, la comida que se le proporciona contiene todos los nutrientes y vitaminas que necesita y son casi de dieta blanda, para que la falta de colmillos no le impida estar bien alimentada. En la jaula, cuenta con un espacio en el que hacer sus necesidades y también una zona de refugio, está controlada en todo momento y la instalación dispone de la infraestructura necesaria para «poder manejarla» si fuera necesario, es decir, poder dormirla si se observa algún problema Vive cuidada en todo momentoPero por una infección podrçia morir porque sus sistema inmunitario está ya muy débil.

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