El farinato ya no es cosa de pobres

Muy lejos quedan ya esos tiempos en los que el farinato era considerado el embutido de los pobres. Pan, gordura, anises, aguardiente, cebolla, pimienta, harina y sal componen de manera perfecta la receta de este embutido que en versión castiza también ha dado nombre a los vecinos de Ciudad Rodrigo. Los huevos con farinato son el plato más popular de la localidad salmantina pero la más alta cocina ha convertido este producto en toda una delicatessen.

Dentro de la iniciativa 'Salamanca para comérsela', una degustación de productos de la provincia charra en Madrid Fusión 2012, también se colaba en la jornada inaugural el farinato, eso sí, a la orden de la nueva cocina bajo nombres tan curiosos como 'Esfera con cremoso de farinato dulce y esponja de hierba de limón'. A pesar de todo, en esencia: farinato.

Los empresarios de Ciudad Rodrigo, con la mediación de su Ayuntamiento, llevaron hasta la capital de España 140 kilogramos de este producto que cuenta con su propia marca de garantía y que en la actualidad puede encontrarse en los más variados formatos, incluso, envasado al vacío, algo impensable hace unos años.

El origen del farinato «se pierde en la noche de los tiempos», tal y como indica el pintor y estudioso local, Carlos García Medina. Él mismo apunta que «cuando llegaron los franceses, los vecinos de Ciudad Rodrigo ya tenían colgados los farinatos», e insiste en que «junto con la morcilla o el tocino, este embutido quitó mucho hambre». Dicen en Ciudad Rodrigo que el farinato es «un signo de cultura, una forma de ser, símbolo de la vida tradicional que poco a poco se va introduciendo en otros círculos». Pero el farinato tiene su propia identidad, con un refranero resumido en expresiones como: «Pan con pan, farinato asado» o «El chorizo para mí y el farinato para el gato».

A pesar de que en la actualidad el farinato se pueda degustar en paté, en espuma o en tiramisú, los vecinos de Ciudad Rodrigo no perdonan unos buenos huevos fritos con farinato en la celebración de cualquier fiesta tradicional. Y ahora que se acercan las fiestas más grandes, los Carnavales, seguro que volverá a ser el plato principal de muchas mesas.