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'Hermano mayor'

Pedro García Aguado: «A veces los padres no ayudan»

El ex campeón olímpico Pedro García Aguado, tras más de seis años de rehabilitación, vuelve a protagonizar el programa de Cuatro 'Hermano mayor' para jóvenes inadaptados

IRENE PEREZAGUA

Jueves, 28 de enero 2010, 18:50

Pedro García Aguado 'Toto' (Madrid, 1968) estuvo a punto de echar su vida a perder. Medallista olímpico y campeón del mundo por partida doble en la disciplina del waterpolo, empezó a beber a los 14 años y a consumir cocaína a los 20. Tras más de seis años de rehabilitación vuelve a protagonizar el programa de Cuatro 'Hermano mayor', para ayudar a otros jóvenes inadaptados. El espacio estrena su segunda temporada este viernes, a las 21.30 horas, y sigue la tónica de otros recientes programas de 'coaching' como 'La Generación Ni-Ni'.

-¿Qué nos vamos a encontrar en esta nueva temporada?

-Pues casos aún más duros que los de la primera. Nos hemos enfrentado a situaciones muy intensas y eso me ha supuesto un reto. No ha sido como en la primera que nadie me conocía y no sabía de mis métodos de trabajo. Ahora había más expectativas.

-¿Qué tipo de perfil de chicos han buscado para esta nueva edición de 'Hermano mayor'?

- Usted también vivió lo suyo…

-Sí, claro. He tenido problemas con el alcohol y la cocaína y por suerte tuve la voluntad necesaria para rehabilitarme. Empecé a los 14 años porque me afectó mucho que mis padres se separasen, aparte de que ya de por sí tenía la autoestima baja.

-Ese problema, ¿se acentuó con sus éxitos deportivos?

-Sí, porque los éxitos eran la justificación para celebrar y con las victorias tenía menos sensación o conciencia de riesgo, de que me estaba pasando de la raya. No es cierto el estereotipo ése de que los yonquis salen de los barrios marginales. Yo soy campeón olímpico y era más yonqui que cualquiera.

-¿No se percataron sus compañeros?

-No, porque había muchas celebraciones.

-¿Cuándo se dio cuenta de que no podía seguir así?

-En el 92, porque ya me dieron un toque en el equipo. Reconocí que era alcohólico y que también tomaba cocaína y, claro, las noches así se me hacían eternas. Tuve que admitir que tenía un problema de autocontrol y responsabilidad. Entonces me pusieron un vigilante por las noches: un fisio en la habitación, que controlaba que yo no me escapara.

-¿Tuvo algún 'Hermano mayor' que le ayudara a reconducir su vida?

-Sí, el capitán del equipo, Manel Estiarte. Aunque yo no era una persona que compartiera mucho mis problemas, sí que es verdad que Manel era mi referencia más directa, aparte de mi padre, que también me hizo ver que iba por mal camino.

-Ahora ayuda a chicos desorientados, debe ser gratificante…

-Sí, bastante, porque veo que los chavales aprovechan las pautas que yo les doy. Claro que hay veces que los padres no ayudan mucho a mantenerlas.

-Algunos casos son muy duros, ¿le cuesta desconectar?

-No, lo único es que al principio me cuesta dormir, pero al final desconecto porque en los dos años que estuve trabajando en un centro terapéutico me enseñaron a no llevarme los problemas de los demás a casa.

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