No se esconden
OBK demuestra su poderío discotequero en Plaza Mayor y las 'drag queen' su desparpajo
J. ASUA
Martes, 24 de febrero 2009, 14:13
Su 'Ultimátum', el trabajo más reciente de OBK, lejos de amilanar a alguien, puso cachondo al personal. Jordi Sánchez y Miguel Arjona convirtieron ayer la carpa de la Plaza Mayor en una gran pista de baile donde era difícil que a uno no se le fuesen los pies. Enormes, llenos de energía y con ganas de agradar, los reyes españoles del pop electrónico demostraron que el que tuvo retuvo y que algunos se ganan su caché por méritos propios.
Con tres cuartos de entrada largos bajo la lona, delante se situaron los incondicionales 'obekaeros', esos a los que no se les escapa una letra y que con el primer sonido de la base de los teclados de Arjona saben si lo que viene es 'Falsa Moral' o 'Tu sigue así'. En medio, a los que la música del dúo les gusta, pero no tanto como para saberse al dedillo 'La princesa de mis sueños'. Detrás, los más curiosos. Tampoco ellos pudieron evitar el agradable baile de San Vito que le entra a uno con la remezcla discotequera de estos veteranos, ideales para animar un fiestón con condimento. Dio igual en que estatus se situase cada cual, porque al final todos botaron.
«Vamos a pasarlo de puta madre», anunciaba Jordi al principio de la actuación y así fue. Desde los temas de su último trabajo como 'Baila para mí' o 'Aún sueño con tu nombre' a clásicos como 'De qué me sirve llorar', la actuación fue a más. «¡Pucela, baila para mí!», animaba OBK y Pucela bailó. Puntos álgidos: 'Lucifer' («Anoche vi a Lucifer/ Y al alba bailé con él/ Ahora sé que a su lado va gente como yo»). Éxtasis en las primeras filas.
Conscientes de que son un grupo con trayectoria y repertorio, OBK no olvidó temas seguros. Entre ellos, las 'Historias de amor' y el apoteósico 'Quién le dio', que cerró el concierto y cuya interpretación corrió a pachas entre Jordi Sánchez y el respetable. Bajo el escenario se pudo ver disfrutar a King África e incluso el alcalde felicitó a los artistas tras la actuación. «¡Esto no ha sido un concierto, ha sido una fiesssta!», reconocía al final de la actuación la voz de dúo. «¡OBK, OBK, OBK!», le respondían abajo.
El 'Yo no me escondo', título del primer sencillo del último disco, sirvió para reivindicar de nuevo a esta formación con canas y también para reforzar la actuación de las 'drag queen' que les siguieron en el escenario. Bajo el título 'Fashions de culturas', los artistas del Libertad 3 mostraron todo su desparpajo y buen hacer en un espectáculo en el que recorrieron la tradición del carnaval en diferentes lugares del mundo. Tampoco estas reinonas se escondieron, aunque el eco de OBK mandó en la carpa. Lo reconocía una enorme y hombruna Vanessa con un chirriante «me muero de envidia».
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